HUELVA 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
El perito judicial Juan José Hellín Moro, que ha declarado este lunes como perito de una de las acusaciones particulares del doble crimen de Almonte (Huelva), en el que fallecieron una menor de ocho años y su padre el 27 de abril de 2013, ha asegurado que, según los informes llevados a cabo tras los hechos, el autor de los hechos "volvió a la casa", donde aparecieron los cadáveres, horas más tarde e hizo la cama de matrimonio, conclusión a la que llega porque "la sangre estaba seca".
Durante su declaración, a preguntas del letrado Gustavo Arduán, que ejerce la acusación particular, por parte de los padres y hermano del fallecido, el perito asegura que "la colcha de la cama estuvo caída cuando la sangre estaba líquida y empapa los bajos", y por tanto entiende que "llegó hasta el mismo suelo", sin embargo aparece "la cama hecha, con la colcha encima, y la hizo con posterioridad", una circunstancia que ve "muy rara".
Por tanto, considera que el autor "se va y vuelve al día siguiente o a las pocas horas, cuando la sangre está seca en el suelo, que es cuando hace la cama, y no deja huella de pisadas". De igual modo, concluye que cuando volvió "le hizo tres cortes más a la niña en una pierna cuando ya estaba casi muerta o muerta porque no sangra", sin dejar huella tampoco, "cubriéndola con una manta con posterioridad".
Por las marcas de sangre, intuye que el autor es "un hombre con mucha fuerza porque, según las huellas, tira a Miguel Ángel, de unos 90 kilos, tras un empujón muy grande y hacia atrás, tumbándolo". No obstante, asegura que éste "hizo defensa porque tenía las manos destrozadas con cortes hechos con un cuchillo profesional de 17 centímetros de largo hasta el mango".
Sobre la niña, señala que ésta "pudo haberse fugado, corriendo hacia la puerta, sin embargo no lo hizo sino que va hacia la cocina, a una velocidad amplia, para coger un cuchillo del cajón de los cubiertos, se va a su habitación y se sienta en la cama", donde la hiere. A su vez, remarca que "le tiró del pelo, porque hay un manojo importante, y la tira al suelo, lanzando ella el cuchillo debajo de un mueble". A su vez, señala que ha comprobado, por las huellas existentes, que "le puso un cojín encima de la cara para intentar asfixiarla o para evitar que gritara".
En cuanto a los baños tras cometer la agresión, según su informe, primero entra en el del dormitorio de matrimonio, donde "coge una toalla con la que posteriormente, ya en el de fuera lava el cuchillo", dejando las marcas en la misma, indicando además que "se lava las manos con los guantes que llevaba puestos y se moja las piernas y las zapatillas, dejando marcas de sangre de las víctimas en la mampara".
Sobre los guantes, asegura que "son especiales porque son de lana y las trazas y el textil son coincidentes con unos guantes hallados en la taquilla del acusado", que trabajaba en esos momentos en un supermercado. Por otro lado, sobre la cerradura asegura que el autor "abrió las puertas con llaves originales".
A preguntas de la defensa, ejercida por Francisco Baena Bocanegra, quien le ha cuestionado su currículum y sus conclusiones, ha señalado que no se ha planteado que el pie del autor fuera un 44,5, el mismo de la zapatilla que dejó las huellas, "porque si ambos coinciden, el tacón marcado sale sí o sí".