MÁLAGA 22 May. (EUROPA PRESS) -
El hombre acusado de matar a su esposa, a la que supuestamente dio un fuerte puñetazo y luego estranguló en un hotel de la localidad malagueña de Ronda, donde ambos llegaron realizando un viaje por España, ha declarado que no recuerda lo ocurrido, asegurando que había bebido mucho alcohol y había tomado pastillas porque estaba en tratamiento para la depresión.
Un jurado popular juzga desde este lunes a este hombre, para el que la Fiscalía solicita 14 años de prisión al acusarlo de un delito de homicidio. La defensa, por su parte, sostiene que se debe aplicar las atenuantes de trastorno mental transitorio y de confesión, ya que tras los hechos acudió a la Guardia Civil a decir que algo había sucedido con su mujer.
Los hechos sucedieron en febrero de 2015. Ambos, de nacionalidad lituana, cenaron en la habitación, donde, según las conclusiones iniciales del fiscal, a las que tuvo acceso Europa Press, mantuvieron una primera discusión. A la mañana siguiente, discutieron de nuevo y el acusado, para "acabar con la vida de su esposa", le dio un puñetazo en el rostro y "la agarró fuertemente del cuello hasta asfixiarla", causándole la muerte.
El acusado ha relatado que no recuerda haberla golpeado ni estrangulado, sí que tuvieron una fuerte discusión por la noche, tras la cena, después de que ella le dijera que lo iba a dejar por otro hombre, tras lo que él no pudo conciliar el sueño y se bebió, siempre según su versión, todo el alcohol que había en la habitación, además de tomar pastillas para la depresión y para dormir.
Por la mañana, ha dicho el hombre, la discusión fue muy rápida. Él le comentó que no se encontraba en condiciones para conducir, porque estaba "muy nervioso, muy alterado", y ella, ha señalado el acusado, le llamó "desgraciado y borracho" y le dijo que "con qué tipo de hombre estaba", tras lo que siguieron hablando, pero solo un poco más.
"Y nada más --ha señalado-- luego llegó la tragedia", apuntando que estaba "en un estado lamentable, no respondía a mis actos". Ha indicado que cuando volvió en sí, su esposa estaba tumbada en el suelo y él sentado en la cama, notando que ella estaba fría. Aunque ha dicho que tampoco sabe bien lo que hizo después, al tener lapsus, sí ha recordado que no había nadie en la recepción del hotel y salió a la calle, donde se acercó a unas personas uniformadas.
Su defensa ha reseñado que la Guardia Civil hace constar en un oficio que llegó el acusado diciendo algo sobre su mujer, aunque no lo entendían bien porque mezclaba el inglés con otro idioma, y les entregó la llave de una habitación de hotel, considerando el letrado que esto es muestra de que quería confesar. Asimismo, ha hecho hincapié en lo mucho que había bebido y las pastillas tomadas.
El procesado ha relatado que meses antes, en octubre de 2014, le dio un ictus y estuvo en tratamiento por depresión fuerte, a raíz de enterarse de que "había dos hombres" en la vida de su mujer, al margen de él, algo que le "descolocó" y le produjo un "estado de 'shock'".
El fiscal sostiene que el hombre quiso matar a su mujer porque ella "le había dicho que le fue infiel". Así, además de la pena de prisión, solicita que se le imponga la prohibición de aproximarse a menos de 500 metros o comunicarse con sus tres hijos y a indemnizar a cada uno con 100.000 euros; así como la inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad durante la condena.