MÁLAGA 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha apostado por "multiplicar las energías" y "sumar las capacidades" de los diferentes estados en la lucha contra los tres retos "más apremiantes a los que se enfrenta nuestra sociedad", ha dicho, que son la lucha contra el terrorismo y la radicalización; contra la delincuencia organizada y contra la ciberdelincuencia.
En su intervención en la conferencia internacional sobre delincuencia organizada y terrorismo, que se celebra en Málaga, Catalá ha indicado que "la lucha contra la delincuencia transfronteriza y el terrorismo internacional constituye una responsabilidad compartida", ya que, aunque los estados "son, en última instancia, los garantes de la seguridad, es cierto que nadie pueden lograrla plenamente por sí solos".
Así, ha indicado que "la criminalidad organizada transnacional es, hoy por hoy, una grave amenaza para la seguridad mundial, cuyos efectos letales se pueden inoculan a escala social y económica". Por eso, ha incidido en "incrementar y aunar todos los esfuerzos para prevenir, contener y combatir este fenómeno".
Ha señalado que este tipo de delincuencia "busca las debilidades o las grietas de los ordenamientos por las que penetrar en el sistema y delinquir, acudiendo a métodos muy sofisticados para ocultar sus actividades y los productos de sus delitos", aprovechándose, ha dicho, de la globalización y del uso de las tecnologías de la comunicación.
Esto supone "tener que aumentar exponencialmente los esfuerzos de las autoridades policiales y judiciales para luchar contra estas organizaciones criminales", ha señalado, ya que, además, las formas de delincuencia "son cada vez más variadas e internacionales".
Ha asegurado que "es indiscutible que el ciberespacio se ha convertido en el medio favorito para que el crimen y el terror transfronterizo desplieguen sus actividades delictivas". "El delincuente, especialmente los terroristas y los involucrados en la delincuencia organizada transnacional, saben bien cómo aprovecharse desde el abuso de aplicaciones informáticas y plataformas de difícil seguimiento", ha dicho.
Por ello, para el ministro, "es necesaria más que nunca la cooperación de los estados en la lucha contra todas las amenazas a la seguridad a las que se enfrentan hoy nuestras sociedades, incluidas las nuevas y emergentes, cuyo máximo exponente es el ciberterrorismo".
Ha manifestado que "los grupos terroristas de carácter internacional están demostrando su interés y destreza a la hora de emplear las tecnologías de la información y la comunicación como herramienta para potenciar sus actividades tradicionales, utilizando el ciberespacio como territorio donde proyectar nuevos ataques".
Así, ha considerado que, para garantizar una respuesta penal adecuada contra este tipo de delincuencia, "es necesario reforzar las herramientas procesales de los Estados de Derecho", poniendo como ejemplo las que "permitan obtención de prueba cuando se hallan en formato electrónico".
En este contexto, ha explicado que dicha prueba en este tipo de delincuencia "es, con frecuencia, de naturaleza trasfronteriza", por lo que ha abogado por "caminos para obtener la prueba electrónica de modo más rápido y efectivo, previendo al mismo tiempo las medidas precisas para garantizar una protección adecuada de los derechos y prevenir abusos".
Catalá ha recordado que, como se desprende del Libro Blanco sobre Crimen Organizado Transnacional, editado por el Consejo de Europa en diciembre de 2014, las técnicas especiales de investigación "tienen que ser una prioridad en la lucha contra la delincuencia organizada transnacional".
CONTRA EL TERRORISMO YIHADISTA
El ministro de Justicia ha indicado que "la noción de terrorismo, tal y como venía siendo conocida hasta hoy en España, está sufriendo una transformación, porque aparecen nuevas formas de amenaza por parte del terrorismo internacional están surgiendo cada vez con más virulencia y con un campo de actuación mucho más global".
El terrorismo yihadista, ha dicho, "constituye, posiblemente, hoy por hoy, la amenaza más grave a la que se enfrentan las sociedades democráticas de todo el mundo, como muy desgraciadamente se ha puesto de manifiesto en los últimos atentados terroristas sufridos en Barcelona y en Londres la semana pasada".
"Por eso, tenemos que responder con todos los instrumentos legales al alcance del Estado de derecho", ha incidido Catalá, quien ha recordado que esta nueva forma de terrorismo "ha motivado diferentes iniciativas internacionales que pretenden dar respuesta a las nuevas formas de terrorismo".
MEDIDAS EN ESPAÑA
En este sentido, ha señalado que España ha adoptado una actitud "muy proactiva" y "está desarrollando una labor incansable contra el terrorismo y la criminalidad organizada", destacando el "compromiso" con los trabajos llevados a cabo por el Consejo de Europa para la elaboración del Protocolo Adicional al Convenio sobre Ciberdelincuencia que permitirá un aumento de la cooperación frente al ciberterrorismo y otros delitos transfronterizos.
Además, Catalá ha destacado la posición "de vanguardia" de España en la lucha contra el discurso del odio, "verdadero germen de conductas que llevan al extremismo violento y al terrorismo".
Asimismo, se ha referido a las novedades incluidas en el Código Penal, como el endurecimiento de las penas que pueden llegar a la prisión permanente revisable en casos de muerte o la introducción de agravantes específicos, como en el delito de captación o adiestramiento de personas en situación de vulnerabilidad y en el supuesto de enaltecimiento o justificación públicos de terrorismo y humillación a las víctimas cuando se usan las tecnologías de la información y la comunicación.
Igualmente, ha destacado la inhabilitación absoluta de los condenados por estos delitos, la desvinculación del concepto de terrorista de la necesaria integración en una organización --lobos solitarios--, la introducción de nuevas figuras delictivas vinculadas a la publicidad y propaganda a través de medios electrónicos, la consideración del delito de autoadiestramiento y la inclusión del delito de viaje al extranjero con el fin de obtener entrenamiento y perpetrar atentados en el retorno a otros países.