La inversión ha superado el millón de euros y se ha acabado con las humedades de suelo y paredes, recuperando el blanco en el interior
MÁLAGA, 3 May. (EUROPA PRESS) -
La Diócesis de Málaga ha concluido la restauración de la parroquia de Santiago, la más antigua de la capital, que prevé reabrir sus puertas previsiblemente durante el verano, una vez se instale el mobiliario y se traslade a los titulares de las cofradías que tienen dicha iglesia como sede canónica, además del Cristo de Medinaceli, que está en estos momentos en el Santo Cristo de la Salud.
El obispo de Málaga, Jesús Catalá, y el alcalde, Francisco de la Torre, han visitado este miércoles la parroquia de Santiago, que ha sido objetivo de un proceso de restauración por parte de la constructora ORP, con un equipo dirigido por el arquitecto Pablo Pastor, que se ha prolongado durante 14 meses, cuatro de ellos dedicados a la intervención arqueológica.
Santiago fue fundada por los Reyes Católicos el 25 de julio de 1490. Se trata de la iglesia y parroquia católica más antigua de la ciudad con 527 años de existencia. Históricamente para la Diócesis de Málaga, fue la primera parroquia de Málaga de las cuatro que fundaron tras la toma de la ciudad. En su pila fue bautizado el 10 de noviembre de 1881 el artista malagueño Pablo Ruiz Picasso.
La inversión realizada en la iglesia asciende a 1.069.600 euros, de los que el Obispado ha aportado 790.245,86 euros con la ayuda de la parroquia y las hermandades allí ubicadas. El Ayuntamiento ha aportado 279.354,14 euros.
El edificio anexo a la parroquia, el Centro Parroquial Santiago Apóstol, ha sido rehabilitado en su totalidad, estando ubicada en planta baja las dependencias parroquiales como aseos, archivo, secretaría, Cáritas, almacenes y despacho. Además cuenta con salón de actos, sala de reuniones y seis de catequesis con su aseo en cada planta. La inversión total en el mismo ha sido de 170.000 euros IVA incluido.
Esto ha generado de forma permanente durante este tiempo 25 puestos de trabajo directos (arqueólogos, restauradores, albañiles, peones, revocadores, canteros, carpinteros, pintores, electricistas, fontaneros, etcétera), además de indirectos en talleres, canteras de mármol, técnicos, entre otros.
El párroco de Santiago, Francisco Aranda, ha destacado el trabajo, "el mejor posible dentro de los límites y dificultades que teníamos". "Es una iglesia preciosa, muy armónica y ahora toca rehabilitar, habilitar de nuevo, también el culto, que esperamos que sea para verano, aunque la inauguración oficial se prevé para septiembre, con la dedicación del altar", ha explicado.
El obispo ha agradecido la colaboración del Consistorio y el trabajo, recordando que la Diócesis quiere "seguir rehabilitando, recuperando y ofreciendo a la ciudadanía su patrimonio". "Esto es costoso y requiere de la colaboración de todos porque somos una gran familia y sólo falta decir que la iglesia está abierta", ha sostenido.
ACTUACIONES REALIZADAS
El objetivo de las actuaciones ha sido frenar y reparar los muros y suelos del edificio, afectados por la humedad, que deterioraban los revestimientos, acabados, la instalación de electricidad y megafonía del templo, corrigiendo con ello los desperfectos que desvirtúan el carácter del edificio y su construcción, dejando dichas partes reparadas.
Para acabar con las humedades del suelo y de las paredes había que hacer posible una buena transpiración, ha explicado el arquitecto, quien ha indicado que se ha creado bajo el suelo una cámara ventilada y en el perímetro de todos los muros interiores un zócalo de mármol, que conecta con esta cámara y que a su vez está separado de los muros.
De esta manera se crea una cámara en todo el perímetro que permite una circulación de aire permanente, ventilando mediante una conexión a unas rejillas en el exterior del edificio que de manera natural de norte a sur crea una corriente de aire. Asimismo se ha creado una barrera química mediante la inyección en muros y pilastras de siloxanos.
Las criptas se han dejado vacías de escombros y ventiladas, conectadas a esta cámara de aire del subsuelo, lo que ha permitido eliminar también la humedad de condensación que se producía en el interior de las mismas y que afectaban a la solería y revestimientos del templo.
Durante los trabajos de arqueología realizados se han sacado a la luz todos los enterramientos y lápidas existentes bajo el suelo y que han sido incorporados en superficie en la solería actual, dotando al templo en forma, tamaño y disposición a la que se colocó a finales del siglo XIX, habiéndose escogido el mármol blanco de las canteras de Macael de forma seleccionada para que presentaran el menor número de vetas posible.
Los revestimientos de los muros han sido realizados con mortero de cal tradicional, habiéndose eliminado todos los morteros de cementos colocados en la intervención de los años 40. Se han realizado todas las molduras afectadas en la eliminación de los revestimientos, mediante el empleo de terrajas in situ como se hacía tradicionalmente, descartando cualquier moldura realizada con molde industrial. Además, se han reparado las fisuras que presentaban las bóvedas encamonadas, colocando malla.
La capilla sacramental, adornada con un zócalo de ágata, que se encontraba en un estado lamentable afectado por la humedad y el cemento añadido en su intradós, ha sido recuperado mediante su desmontaje y posterior eliminación de los cementos y pegado de las piezas partidas, habiéndose colocado nuevamente en su ubicación original pieza por pieza, pero esta vez dejándole una cámara de ventilación.
Las puertas han sido recuperadas en su color de madera natural, habiéndose eliminado todas las capas de pintura añadidas a lo largo de los años y tratándose con lasures. También se han reparado las rejas existentes en las diversas capillas.
Todos los elementos decorativos como molduras, rocallas, pinjantes, dorados, alto relieves, etcétera han sido consolidados y limpiados, devolviéndoles su aspecto original, han precisado. Igualmente se ha dotado al edificio de una nueva instalación de electricidad, videovigilancia y megafonía, así como una nueva iluminación de tecnología LED que permite potenciar tanto los elementos artísticos como los litúrgicos de la iglesia.
RECUPERAR EL COLOR BLANCO
El color que presentaba interiormente el edificio no era el original, como ya se intuía por las fotografías existentes en el archivo Temboury, anteriores a la intervención de Atencia. Para ello se realizaron catas, tanto en paredes como en bóvedas, para determinar el color original, especialmente en las partes más altas donde los repintes han sido menores.
Tras los estudios realizados, se determinó que el color original del edifico era el blanco, estando decoradas las bóvedas con rocallas y molduras terminadas en pan de oro, imitación de cordones en negro y fondo de rocallas en blanco roto. Reunidos los técnicos de los distintos organismos que tutelan la intervención como son la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Oficina de Rehabilitación Urbana del Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) del Ayuntamiento y Obispado se decidió recuperar el blanco original.
En los primeros años del siglo XVIII este templo fue reformado por el arquitecto Felipe de Unzurrúnzaga. En 1936 sufrió muchos desperfectos subsanados en la mejora realizada por Enrique Atencia en 1944 que restauró el pavimento, apuntaló arcos y reforzó con ladrillos los pilares para alejar la humedad, reparándose también las goteras de la cubierta y desperfectos de la portada.
Bajo su bóveda están los sagrados titulares, Jesús Nazareno titulado El Rico y María Santísima del Amor y la hermandad de Jesús de la Sentencia y María Santísima del Rosario. También alberga la Hermandad de Gloria de la Virgen de la Sierra y la del Rocío de la Caleta. De especial devoción es el Cristo de Medinaceli.