MÁLAGA 5 May. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia de Málaga ha condenado a 20 años de prisión a un joven al que un jurado popular encontró culpable de matar a otro con un arma blanca y agredir a un segundo hombre en mayo de 2014 en una zona de ocio de la localidad malagueña de Benalmádena. Además, se le impone el pago de 100.000 euros para los padres del fallecido e indemnizar a la víctima que resultó herida con 8.768 euros.
Los hechos sucedieron de madrugada, según la sentencia, después de una disputa ocurrida entre el joven que luego resultó fallecido y otro chico, pelea en la que intervino para separar el joven que resultó lesiones, pero a la que el acusado permaneció ajeno, aunque sí se acercó aprovechando el momento de confusión posterior al incidente.
Entonces, por causas que no han quedado acreditadas, señala la resolución, a la que ha tenido acceso Europa Press y que se dicta tras el veredicto del jurado, el acusado, "sirviéndose de la ventaja que le proporcionaba el que la víctima estaba de espaldas y confiado tras la reyerta", de manera "súbita e inesperada" les acometió a ambos.
Primero, dio tres puñaladas al que resultó lesionado, con el fin de que se apartara, tras lo que se situó a la espalda del otro joven, "le agarró la cabeza por la frente, tirando de ella hacia atrás" y con el mismo objeto punzante con el que había apuñalado al anterior "le asestó un golpe en el cuello con certera rapidez", con el que le seccionó parcialmente la yugular.
A consecuencia de estos hechos, este último joven falleció días después en el hospital; mientras que el otro sufrió varias lesiones y heridas de las que tardó 50 días en sanar; además de que le han quedado secuelas, fundamentalmente cicatrices en distintas partes del cuerpo.
El acusado huyó del lugar, siendo perseguido y detenido a escasos metros por agentes de la Policía Local de Benalmádena. Fue trasladado a la Comisaría, sigue la sentencia, y en el cacheo se le encontró oculta entre los glúteos una navaja. Era consumidor de drogas, pero en el tiempo de cometer los hechos no estaba bajo los efectos de dichas sustancias.
Por estos hechos, se le condena a 16 años de prisión por un delito de asesinato, al destacar la Sala y el jurado "el carácter sorpresivo de la agresión lo que suprime la posibilidad de defensa", una circunstancia que se materializó "en el hecho de que el acusado verificara el mortal ataque de forma súbita y sorpresiva para la víctima", sin mediar discusión ni lucha o pelea previa entre ellos.
En este sentido, también se incide en la forma en la que se produjo el ataque por parte del acusado, "que hizo uso de un objeto punzante arma blanca que llevaba, atacando desde la espalda a su víctima y evitando así la posibilidad de que se defendiera del acometimiento del que estaba siendo objeto".
También se le condena a cuatro años de cárcel por un delito de lesiones con alevosía y agravadas por el uso de armas en el caso de la agresión al otro joven, al considerar que el acusado "realizó el apuñalamiento con la misma sorpresa, pero sin la intención de causarle la muerte".