ALMERÍA 31 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, va a levantar una escultura que colocará en el área recreativa de Los Reales de Estepona (Málaga) para homenajear al bombero forestal almeriense Carlos Martínez Haro, quien perdió la vida en el incendio intencionado que se produjo en Sierra Bermeja la noche del 8 de septiembre de 2021.
El Gobierno andaluz ha iniciado el procedimiento para encargar la escultura con la que desde la Dirección General de Medio Ambiente, Biodiversidad y Espacios Protegidos se quiere "honrar eternamente" al integrante del Infoca, de modo que se han destinado 40.700 euros para la elaboración del monumento conmemorativo.
La escultura que llevará por nombre 'Homenaje a Carlos Martínez Haro' deberá estar hecha en bronce y tener una altura de 1,8 metros de altura. Así, se ha optado por una figura "realista, que refleje los rasgos físicos de la persona que se pretende homenajear y la indumentaria oficial", según recoge el pliego de condiciones consultado por Europa Press. Al pie de la escultura deberá aparecer el texto en mayúsculas "Homenaje a Carlos Martínez Haro, que dio su vida en el incendio de Sierra Bermeja. 9 de septiembre de 2021".
Los encargados de reproducir la figura, que contarán con un mes para efectuar los trabajos, deberán contar además con el visto bueno de los responsables del proyecto una vez se complete el molde en el que se efectuará la fundición. Una vez terminado este proceso, se traslada la escultura para su colocación definitiva en el lugar indicado anteriormente.
Carlos Martínez Haro, vinculado al centro de defensa forestal (Cedefo) de Alhama de Almería (Almería), el cual llevará su nombre, falleció con 44 años de edad siendo padre de dos niñas de 6 y 9 años en el incendio que sofocaron hasta 1.100 bomberos en la sierra malagueña, quienes lucharon contra la "especial virulencia de las llamas" en una zona que obligó a desalojar a casi 3.000 personas y arrasaron 9.581 hectáreas. El incendio se dio por extinguido tras 46 días de trabajos.
La Junta señala este incendio como uno de los peores ocurridos en la historia de España, ya que incluso se denominó como "de sexta generación". El fuego adquirió una dinámica propia que generó pirocúmulos que hacían las llamas incontrolables y que incluso originaba nuevos focos. Además, la orografía del terreno dificultó la lucha contra las llamas, que llegó a contar con medio centenar de aeronaves procedentes de distintos puntos de España.
Del total, 7.300 de las hectáreas de bosque calcinado son de titularidad pública (el 78% del terreno afectado) y otras 2.000 de titularidad privada, según los datos que maneja el Gobierno andaluz. Según los datos de la administración, la mayor parte de la superficie corresponde a Estepona, con 4.209 hectáreas, el 43% del total. En los términos municipales de Casares, Jubrique y Genalguacil se quemaron más de un millar de hectáreas en cada uno. Las localidades de Júzcar (654), Faraján (304) y Benahavís (0,22) también se vieron afectadas. También se ha quemado parte del bosque de pinsapos, de alto valor ecológico y único en el mundo.