MÁLAGA, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
La familia de Natalia Mosquera, la mujer de 46 años y nacionalidad colombiana asesinada por su expareja y arrojada al mar sin cabeza ni manos en Marbella, ha hecho un llamamiento público para conseguir los fondos necesarios para que los dos hijos de esta puedan viajar al municipio malagueño para despedirla y poder repatriar el cuerpo a su país natal, donde residen ambos.
Karen Etayo, una de sus sobrinas, ha publicado un vídeo en sus redes sociales donde solicita "ayuda humanitaria para que sus hijos --mayores de edad-- puedan reclamar el cuerpo de su mamá y brindarle una digna sepultura". Para ello, ha puesto a disposición un número de Nequi (+57 3016237738) y una recaudación de fondos a través de la web VakiImpact.
En declaraciones a Europa Press, Etayo ha hablado del sufrimiento que vive la familia de Natalia y la falta de recursos para que ella pueda estar junto a sus seres queridos. "Aún estamos muy dolidos por la trágica muerte de nuestra tía, pero nos afecta y nos duele más saber que sus dos hijos no pueden viajar porque no contamos con los recursos económicos suficientes".
El "objetivo primordial", cuenta, es que los hijos puedan viajar a España y despidan a su madre. Poder realizar este viaje "es nuestro único consuelo para poder darle un digno entierro". Pero también, si reúnen lo suficiente, la familia quiere reclamar el cuerpo de Natalia, traer sus cosas de Marbella, poder repatriar el cadáver a Colombia y enterrarla en Cali, su ciudad de origen y donde reside su familia. "Nos encantaría; así podríamos visitarla, llevarle flores y hacerle oraciones buscando que descanse en paz", señala.
A raíz de la publicación de este vídeo, hace apenas dos días --cuando conocieron que el cadáver hallado era el de su tía Natalia--, Karen ha recibido la llamada y ayuda de varias personas colombianas y de otros países como Ecuador, Panamá, Estados Unidos o España, pero no es suficiente: "Ni siquiera tenemos el dinero suficiente para el primer ticket de vuelo", se lamenta la sobrina.
Por eso, y aunque reconoce que "hay personas que son muy delicadas a la hora de ayudar con dinero", confía en que a los que les llegue esta petición "se pongan en nuestro lugar y entiendan lo que estamos viviendo. Ojalá Dios toque el corazón de cada uno para que nos puedan ayudar", pide, considerando bienvenida cualquier ayuda, "ya sea un euro".
Karen Etayo recuerda a su tía como una mujer "trabajadora y honesta". Viajó a España hace cinco años para poder ayudar económicamente a sus dos hijos y "cumplir un sueño también de progresar en este mundo y seguir estudiando". Aquí inició una relación sentimental con un hombre, que duró cinco meses y terminó con una denuncia de la mujer por malos tratos.
Su sobrina recuerda las llamadas que Natalia hacía a su abuela para hablarle de este hombre. "Ella era muy devota y quería primero casarse antes de entregarse a él, lo que a él no le gustó y comenzó a acosarla. Cuando ella tomó la decisión de alejarse, incluso la agredió física y verbalmente", relata.
"Mi tía se armó de valor y en diciembre fue con el hermano a poner la denuncia. Ella le contaba a mi abuela que tenía mucho miedo por ella y por que le fuera a hacer algo a sus hijos. Le dio mucho miedo también cuando hizo la denuncia y aún así lo dejaron en libertad", continúa Karen, quien lamenta que "si le hubieran dejado en la cárcel ella estaría aún con nosotros".
El sueño de Natalia terminó este enero, cuando su expareja la asesinó y arrojó al mar en Marbella. Su cuerpo apareció el pasado día 8 en la playa de las Cañas, sin cabeza ni manos. Miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil de Málaga buscan en el mar los restos.
La investigación se inició por parte de la Guardia Civil y, al avisar los familiares de Natalia a la Policía tras creer reconocerla en los vídeos publicados, la Policía Nacional estableció un dispositivo tendente a localizar a la expareja de la víctima, que fue detenido por saltarse una orden de alejamiento interpuesta tras su detención en diciembre por malos tratos.
El detenido confesó el crimen y ya se encuentra en prisión. Además, también se detuvo a un amigo de éste, por su presunta participación en los hechos. El día del crimen, supuestamente trasladó en una furgoneta a la víctima, aún con vida, y a la expareja de esta a un enclave de la playa donde tendría lugar el crimen. En este caso, ha quedado el libertad con cargos.