Estudian los denominados recintos de fosos, un tipo de construcción megalítica casi desconocida hasta hace apenas una década
MÁLAGA, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Málaga han propuesto una revisión de la prehistoria reciente europea, destacando que este periodo está "constantemente reformulándose", según ha indicado el profesor de la UMA José Enrique Márquez.
Márques lidera en el ámbito peninsular, junto a su grupo 'Peruma', el estudio de los denominados recintos de fosos del cuarto y tercer milenio a.C., un tipo de construcción megalítica prácticamente desconocido hasta los años 70 y que, sin embargo, ya sobrepasa varios miles repartidos por toda Europa occidental.
"Se trata de la cara oculta del megalítismo. Grandes espacios abiertos delimitados por un foso que crea un espacio interior más o menos circular. Supervivientes al paso del tiempo, pero invisibles, ya que una vez dejaron de usarse, fueron rellenados y enterrados con grandes cantidades de tierra, por lo que no se han descubierto hasta hace muy poco tiempo", ha explicado el profesor del Departamento de Ciencias Históricas.
Un fenómeno que, hasta muy recientemente, ha pasado inadvertido para los investigadores de esta época y que coincide en el tiempo con la aparición de los grandes sepulcros megalíticos como los del conjunto arqueológico de Antequera, Patrimonio de la Humanidad.
Un tipo de yacimiento arqueológico inesperado, según Márquez, que ha aparecido y pone sobre la mesa un nuevo problema histórico: qué son los recintos de fosos. "Tradicionalmente, se ha elaborado una prehistoria reciente sin tenerlos en cuenta", ha dicho.
A su juicio, resulta necesario revisar el pensamiento actual sobre cómo eran las sociedades del Neolítico y Edad del Cobre contando con los 'recintos de fosos' como parte determinante del paisaje arqueológico. "La prehistoria reciente europea tiene que ser reinterpretada", ha reivindicado este profesor de la Facultad de Filosofía y Letras.
El grupo 'Peruma' lleva 17 años investigando este fenómeno. Actualmente trabaja en el yacimiento de Perdigões en Reguengos de Monsaraz (Portugal) y la Vega de Antequera en el entorno de los dólmenes, gracias a un proyecto nacional financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad con 120.000 euros.
DETECCIÓN DE RECINTOS DE FOSOS
Márquez apunta que el primer paso para el estudio de un recinto de foso es localizarlo, una tarea que ahora se realiza a través de técnicas sofisticadas como la teledetección o los sondeos geofísicos, pero que, durante mucho tiempo, era casi imposible realizar.
"Al tratarse de fosos colmatados de forma intencionada tras terminar su función, su estudio es muy complicado, sin embargo, una vez localizados y excavados, la cantidad de restos arqueológicos que albergan en su interior es enormemente importante", ha sostenido.
El profesor ha añadido que eran rellenados, además de con grandes cantidades de tierra, con restos óseos de animales, especialmente perros, bóvidos y cerdos; cerámica, objetos de sílex, grandes bloques de piedras y, en ocasiones, incluso restos de cadáveres humanos.
El investigador de la Universidad de Málaga, que desarrolla este trabajo junto con el profesor José Luis Caro, de la Facultad de Turismo, plantea que "estas construcciones monumentales son grandes espacios al aire libre que albergaron agregaciones de población temporales con carácter identitario y político".
Actualmente, el grupo 'Peruma' tiene varias líneas de investigación abiertas: la localización de nuevos recintos en el sur de la Península Ibérica, la datación mediante el método del carbono 14 del fenómeno o la interpretación de estos yacimientos desde perspectivas etnográficas.