MÁLAGA 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
Nueve meses después de la eclosión de los cinco pequeños dragones de Komodo en Bioparc Fuengirola (Málaga), llegó el momento de identificarlos a través de un microchip. Este chip diminuto permite la identificación individual de cada uno de ellos en el programa de conservación del que forman parte dentro de la EAZA.
El chip será el equivalente del carnet de identidad para los humanos y contendrá los datos más importantes para su identificación intransferible para toda su vida. El último tener uno ha sido Juanito, el primero en nacer y más pequeño de todos. Y es que su nacimiento fue especial para el equipo técnico del parque de animales malagueño.
La reproducción de los dragones de Komodo no solo era el exitoso resultado de un largo y laborioso trabajo con los dos adultos --Ora y Reo-- del parque, sino que también pasaría a formar parte de una misión importantísima para este gran varano: el mantenimiento de una población genéticamente diversa que asegure su continuidad, así como, en paralelo, la protección de la especie y la futura recuperación de las poblaciones en su hábitat natural.
En su momento, a la esperada eclosión de este primer huevo, le acompañaba otra sorpresa: durante los casi ocho meses de incubación, Juanito no había estado solo, sino que creció junto a otro pequeño, su gemelo, han indicado desde Bioparc Fuengirola en un comunicado.
Aunque finalmente este no llegó a eclosionar con vida, se desarrolló casi por completo, lo que permitió al equipo Veterinario y de Herpetología estudiar las malformaciones que presentaba este gemelo y así poder profundizar en las posibles causas de su fallecimiento, han explicado en un comunicado.
A pesar de que los nacimientos de gemelos no son muy comunes en reptiles, ya han sido varias las veces que este fenómeno ha sido descrito en especies de serpientes, tortugas (incluso marinas) y lagartos, incluidos varanos.
Rosa Martínez, veterinaria en Bioparc Fuengirola, ha señalado que "aunque no es común, tampoco es un hecho aislado". "Pero no hay descrito ningún caso en dragones de Komodo en el que el desarrollo de gemelos haya sido tan avanzado como este; al menos en cautividad, que es donde se habría visto fácilmente. No hay reportes de gemelos en libertad, pero no quiere decir que no haya podido ocurrir".
IDENTIFICACIÓN Y POSIBLES CAUSAS DE LA NO SUPERVIVENCIA
El día del nacimiento de Juanito y del hallazgo de su gemelo, el equipo de veterinario inició un protocolo para estudiar e identificar las posibles causas que provocaron que este gemelo no sobreviviera y naciera con éxito junto a su hermano.
"En Bioparc cualquier animal que muere o es nonato se somete a una necropsia. En ella, se estudian las posibles causas de la muerte o del no nacimiento. En el caso del gemelo de Juanito, además de no nacer, tenía algunas malformaciones muy serias que habrían comprometido su desarrollo si hubiera nacido vivo. En concreto, tenía una malformación de la boca. De haber nacido, no habría sobrevivido durante mucho tiempo, ya que este defecto de desarrollo le habría impedido comer con normalidad", ha detallado Martínez.
Durante la necropsia, se comprobó que cuando Juanito eclosionó, el gemelo ya llevaba unos días sin vida. Esto hizo que el equipo prestara especial atención a la evolución de Juanito en sus primeros días. "Debíamos comprobar si había podido absorber alguna toxina del cadáver de su gemelo antes de nacer, pero no parecía que hubiera sucedido y Juanito se ha ido desarrollando adecuadamente, sin mostrar signos de que le haya afectado la muerte in-ovo de su gemelo".
Este fenómeno de embriones gemelares es el principal motivo de que Juanito sea el más pequeño de todos sus hermanos, ya que tuvo que compartir espacio dentro del huevo con su gemelo mientras ambos se desarrollaban. El resto continúan con un buen ritmo de crecimiento.
Juanito sigue creciendo, alimentándose correctamente, pero un poco más lento que sus hermanos, motivo por el que los veterinarios y herpetólogos del parque le observan más detenidamente y le prestan cuidados personalizados.
Respecto a su gemelo nonato, el equipo de Bioparc Fuengirola no quería dejarlo en el olvido y decidió ponerle un nombre muy especial: Boquerón, en homenaje a Málaga.
EXPERIENCIA E INFORMACIÓN COMPARTIDA CON TODO EL EEP
Por otro lado, han detallado que todo el trabajo que durante estos años se ha desarrollado en Bioparc Fuengirola para preparar la reproducción de los dragones de Komodo adultos, así como toda la información referente a los nacimientos de las crías, se ha trasladado al coordinador y miembros del EEP de este varano en la EAZA.
Esta información no solo queda reflejada, sino que también sirve de referencia para otros zoológicos que puedan necesitar ayuda en la misma misión que Bioparc Fuengirola.
"Al tratarse de una especie EEP, todos los individuos son igualmente importantes para la población en zoos, y se seguirá muy de cerca por parte del coordinador del EEP cómo van creciendo nuestros pequeños dragones. Este coordinador decidirá cuáles serán los zoos que los reciban, así como sus posibles emparejamientos con otros individuos no relacionados genéticamente con ellos. De esta forma se asegurará la viabilidad y la diversidad genética de las generaciones futuras de dragones de Komodo en los parques europeos", han explicado.
Un hito dentro del programa europeo de conservación de esta especie
En marzo, Bioparc Fuengirola anunciaba uno de los hitos más importantes en el trabajo de conservación que desarrolla dentro del Programa Europeo de Especies en Peligro (EEP) del dragón de Komodo: nacían cinco crías de este gran varano, tras ocho meses de incubación y casi dos años de preparaciones.
Eran el resultado de las cópulas entre Reo y Ora, la pareja de dragones de Komodo adultos que habita en el parque. Los pequeños dragones eran los sobrevivientes de una puesta de doce huevos que, tras ser recuperados de la instalación de la hembra por el equipo de Herpetología, fueron incubados artificialmente durante casi nueve meses con el fin de garantizar el máximo número de nacimientos.
Los dragones de Komodo se encuentran en peligro de extinción. Actualmente, tan sólo quedan unos 1.500 ejemplares en todo el mundo; 220 en centros de conservación pertenecientes a la EAZA. En libertad, sobreviven en la isla de Flores, Komodo, Rinca, Padar, Nusa Kode y Gili Motang.
Desde 2009, Bioparc Fuengirola y la Fundación Bioparc trabajan en el Programa Europeo de Especies en Peligro (EEP) del dragón de Komodo tanto 'ex situ', en sus instalaciones, como 'in-situ' en la isla de Flores bajo el proyecto Komodo Survival Program. A través de este, los centros participantes trabajan monitoreando a los ejemplares que viven en la isla a través de la participación de las comunidades locales, contribuyendo a la protección y recuperación de su hábitat y a la concienciación de la comunidad mundial sobre la importancia de la conservación de las especies en su medio natural.
En los últimos 15 años la población de dragones se ha reducido en un 25% por la quema de gran parte del bosque donde viven y por la caza furtiva. En la actualidad, a todo esto, se le suma la enorme acumulación de residuos que transportan las corrientes oceánicas y que terminan en las islas donde viven estos primitivos y grandes varanos.