MÁLAGA 14 Mar. (EUROPA PRESS) -
La provincia de Málaga ha registrado durante el año 2016 un total de 16 hechos delictivos relacionados con delitos de odio y discriminación, según ha adelantado este martes el subdelegado del Gobierno, Miguel Briones, a la espera de que el Ministerio del Interior publique su estadística anual.
Se consideran delitos de odio aquellos motivados por un prejuicio basado en la discapacidad, raza u origen, religión o creencias, orientación o identidad sexual, situación de exclusión y cualquier otra circunstancia o condición social o personal.
Briones ha presentado este balance durante la inauguración de la tercera edición de las jornadas sobre 'Delitos de Odio y Discriminación', que organiza el Cuerpo Nacional de Policía en la provincia y que se celebren durante este martes y mañana miércoles en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Málaga (UMA).
En el acto, acompañado por el comisario principal jefe provincial, Pedro Garijo; la delegada del rector para la Igualdad y Acción Social de la UMA, Isabel Jiménez; y el decano de la Facultad de Derecho, Juan José Hinojosa, ha asegurado que cualquier persona puede ser víctima de un delito de odio y ha animado a denunciar estos hechos, ya que para atajar el problema "es fundamental darlo a conocer y visibilizarlo".
En su intervención, ha felicitado a los organizadores, especialmente al comisario principal Pedro Garijo "por su iniciativa en este campo, su apuesta por la educación y la puesta en común de ideas y recursos para combatir los delitos de odio".
Para Briones, "si cualquier delito es injustificable, quizá los de odio son los que menos argumento puedan encontrar; solo la ignorancia, la mezquindad, la intolerancia y la frustración explican los ataques racistas, sexistas o religiosos".
Asimismo, ha recordado algunos casos recientes, como el de un vecino de Málaga que fue detenido en febrero por su presunta implicación en un delito de odio e incitación a la violencia tras publicar en Twitter un comentario justificando la muerte de una mujer por violencia de género, o el caso del indigente que fue encontrado muerto en el aeropuerto de Málaga el año pasado y que la Fiscalía investiga como delito de odio.
COOPERACIÓN Y COLABORACIÓN INSTITUCIONAL
"La lucha contra estos delitos es fruto del trabajo de muchos: instituciones, jueces y fiscales, y de la colaboración con las asociaciones que representan a los colectivos en situación vulnerable o en riesgo de exclusión social", ha señalado Briones, quien ha alabado también la iniciativa del Colegio de Abogados en diversos municipios de la provincia para asesorar e impulsar este tipo de denuncias.
Por parte del Ministerio del Interior se ha llevado a cabo una labor de formación continua a la Policía Nacional y a la Guardia Civil con el objetivo de mejorar la detección y el registro de estos incidentes y de las conductas discriminatorias. Al tiempo, se ha dotado a las fuerzas y cuerpos de seguridad del marco operativo más adecuado para luchar de forma eficaz contra este tipo de delitos, mediante la aprobación en 2014 del Protocolo de Actuación para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para los Delitos del Odio.
"La política del Ministerio es tolerancia cero hacia cualquier conducta discriminatoria o vejatoria. Todo aquello que atenta contra la dignidad de la persona lo hace contra la sociedad en su conjunto, y es algo que no nos podemos permitir", ha recordado.
CONTRA EL EXTREMISMO
El subdelegado del Gobierno ha agregado que, a petición del Ministerio del Interior, Málaga es una de las dos únicas ciudades españolas, junto a Fuenlabrada (Madrid) integrada en la Red Strong Cities, que se constituyó en 2016 y de la que forman parte responsables políticos locales de ciudades como Nueva York, Róterdam, Palermo, Oslo o Copenhague.
Su objetivo es crear cohesión social y contrarrestar el extremismo violento, y se ha considerado que la experiencia de Málaga en materia de gestión policial de la diversidad y lucha contra los delitos de odio puede ser muy positiva.
"No olvidemos que uno de los gérmenes del yihadismo y el extremismo islámico es el odio a otra religión y a otras culturas, que se inocula en los más jóvenes y vulnerables de la sociedad con tal intransigencia que desemboca en actos terroristas", ha subrayado, recordando que estos delitos se pueden combatir "desde la educación y la formación en valores de tolerancia, cooperación y generosidad".