MÁLAGA 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la pena de 21 años y medio de prisión impuesta por la Audiencia de Málaga a un hombre declarado por un jurado popular culpable de matar a tiros a otro, ambos comerciantes, cuando este salía de un hostal de la localidad malagueña de Torremolinos para ir a trabajar a un mercadillo.
El alto Tribunal andaluz desestima los recursos de la defensa y de la Fiscalía y confirma la condena al acusado por un delito de asesinato, con la circunstancia que agrava la pena de disfraz, y por otro de tenencia ilícita de armas de fuego; así como la pena impuesta, ratificando, igualmente, el relato de hechos probados de la sentencia inicial.
En su momento, el jurado popular y la Sala de Málaga consideraron que en el juicio había quedado acreditado que el acusado, "por causas no determinadas, decidió acabar con la vida" del otro hombre y para ejecutar dicho plan y "asegurarse el éxito y su impunidad", decidió llevarlo a cabo el 19 de abril de 2021 cuando este saliera de madrugada para trabajar.
El acusado, dice la resolución, exploró la zona en su furgoneta, que estacionó antes de que empezara el toque de queda por el COVID a distancia del hostal. Sobre las 05.00 horas, llegó a pie hasta el lugar, se ocultó en la oscuridad y esperó a que saliera la víctima, a la que abordó cuando ya estaba sentado dentro de su camión.
Entonces, señalaba la sentencia ahora confirmada, "decidido a acabar con su vida y para asegurarse de que lograba su objetivo, apareció de repente y, desde el exterior y a través de la ventanilla, apretó el gatillo del arma de fuego que portaba y disparó en tres ocasiones a menos de un metro de distancia", sin que al hombre le fuese posible hacer nada.
El procesado, para la comisión de los hechos, vistió una sudadera oscura y cubrió su cabeza y rostro, "para dificultar su identificación ante posibles cámaras de seguridad, además de que le permitiera, así vestido, fundirse en la oscuridad y esconderse".
El jurado popular lo declaró culpable por siete votos a favor y dos en contra y se basó en varias pruebas, entre ellas las conclusiones de los peritos que elaboraron un estudio fisonómico a través de imágenes grabadas por diversas cámaras de seguridad próximas a la escena del crimen.