La UMA publica el libro del geógrafo Antonio Gallegos que analiza cómo evitar inundaciones en el Mediterráneo

Antonio Gallegos en la urbanización Santangelo Norte
UNIVERSIDAD DE MÁLAGA
Actualizado: viernes, 16 noviembre 2018 17:53

MÁLAGA 16 Nov. (EUROPA PRESS) -

UMA Editorial publica el libro 'Caracterización y análisis de los riesgos naturales en el planeamiento urbanístico del litoral mediterráneo español', en el que el geógrafo Antonio Gallegos analiza cómo evitar riadas, erosiones o incendios forestales.

Así, el doctor en Geografía y Ordenación del Territorio ha considerado que "durante muchos años el estudio de los riegos naturales tuvo un enfoque que priorizaba el uso de obras de ingeniería. Sin embargo, este enfoque, que se ha demostrado erróneo o insuficiente, está cambiando hacía la prevención y el estudio de la interrelación de los procesos naturales con el poblamiento y el territorio en el que acontecen".

Gallegos retoma el concepto de región-riesgo que ya plantearon otros autores previamente para construir un modelo de acción preventiva frente a los riesgos naturales.

Dentro de ese modelo, y tras quince años de experiencia científica, docente y profesional en relación a los riesgos naturales, el autor aporta una batería de medidas.

El autor establece que "se deberían favorecer áreas de inundación preferente. Una vez que asumimos que es imprescindible que el caudal de los ríos desborde para dar salida al caudal y energía excedentes, es mejor favorecer estas zonas con áreas de inundación controlada, antes que dejar que se produzcan en zonas urbanizadas".

También aboga en el libro por priorizar y regular la cartografía de riesgos naturales en los planes urbanísticos y territoriales, haciéndolos vinculantes. Esto ya ocurre con la cartografía de inundabilidad, pero debería extenderse a otras como la erosión de suelos, el riesgo de incendios forestales o la susceptibilidad a los deslizamientos de laderas, ha argumentado.

Asimismo, ha señalado que "es necesario establecer un control efectivo sobre ramblas o tramos de éstas que son usados para el tránsito de personas y vehículos, para evitar que se usen como aparcamiento, vías de acceso o comunicación, o simplemente que sean cruzadas transversalmente a nivel. Precisamente esta es una de las causas principales de pérdida de vidas humanas por arrastre de vehículos".

VARIOS PELIGROS

Igualmente, Gallegos Reina propone en su título la necesidad de considerar las interrelaciones entre los distintos peligros y los posibles efectos acumulativos.

En este sentido, advierte que las inundaciones se suelen estudiar considerando que lo que circula por los ríos y arroyos es agua limpia, cuando la realidad es muy distinta, y el flujo de barro y residuos leñosos que llevan los ríos se comportan de manera muy diferente, provocando atoramiento de puentes y entubamientos que los modelos hidráulicos actualmente usados no llegan a prever.

Por otro lado, también aborda el caso de quienes se sitúen urbanísticamente en zonas de riesgo. "En ese caso se debería establecer la obligatoriedad de contratar una póliza de seguros que garantice la cobertura total de daños y libere a las administraciones de responsabilidades económicas que no deberían corresponderle", ha señalado el autor.

Estos sistemas de seguros obligatorios también actuarían regulando el propio mercado del suelo, al elevar el precio de aquellas parcelas en las que exista una mayor exposición al riesgo, que normalmente quedarían excluidas del desarrollo urbanístico, ha detallado.

Además, ha considerado que en los nuevos desarrollos urbanísticos se deberían establecer porcentajes mínimos de superficie no impermeabilizada, haciendo uso para ello de superficies drenantes con materiales porosos en aceras y paseos peatonales, por ejemplo.

El profesor del Departamento de Geografía ha subrayado a su vez la consideración que se debe prestar al contexto territorial y urbanístico concreto de cada región, "en lugar de actuar con medidas genéricas difícilmente extrapolables entre regiones con casuísticas muy diferentes. Sin duda, es imprescindible mejorar la conexión entre especialistas, arquitectos, técnicos y responsables políticos".

Por último, para aquellas cuencas de pequeño tamaño con un desarrollo urbano histórico en la desembocadura sobre el que existen limitadas posibilidades de actuación el libro propone reforestar la cabecera de cuenca.

"De hecho, una cuenca forestada puede llegar a absorber los primeros 70-100 litros de precipitación sin que se produzca escorrentía, mientras que una cuenca deforestada o impermeabilizada puede producir circulación superficial de agua a partir de los primeros cinco o diez litros de precipitación", ha explicado Gallegos Reina, que ha destacado la mayor efectividad de estas y otras medidas similares, "frente a otras actuaciones poscatástrofe.

"Estas y otras medidas preventivas similares, además de una mayor efectividad, tienen un coste económico muy alejado de los cuantiosos gastos que suponen las actuaciones poscatástrofe, y solo necesitan de voluntad política y disciplina urbanística para llevarse a cabo", ha concluido el autor.