MÁLAGA 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, acompañado del concejal de Sostenibilidad Medioambiental, Francisco Cantos, y miembros de la Corporación municipal, ha participado este Martes Santo en la tradicional ofrenda floral a la Virgen de las Penas.
Esta ofrenda, junto con la confección del manto de la Virgen por parte de los operarios del servicio de Parques y Jardines municipal se viene celebrando desde 1944, y cada año, la imagen mariana porta un manto realizado con flores naturales.
Este año el manto, uno de los elementos más llamativos de la Semana Santa malagueña, incorpora en su diseño el escudo de la Fundación Católica 'Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN)', entidad que se encarga de un gran número de proyectos pastorales y ayuda en emergencias humanitarias.
Las flores y plantas empleadas para que la Virgen de las Penas luzca su manto de flores han sido cuatro metros cúbicos de ciprés, 2.175 tallos de rosas blancas, 525 paquetes de margaritas blancas, 16 paquetes de margaritas beiges, y 50 paquetes de margaritas rojas, tres docenas de gerberas blancas.
Por otro lado, la canastilla de flores entregada por el Alcalde para la ofrenda a la Virgen está compuesta por Lilium oriental blanco, rosas blancas, alhelíes blancos, helechos de cuero y palmas de Phoenix roebelenii.
RITO CON TRADICIÓN
La confección del manto comienza con la preparación, sobre una malla metálica unida al trono, de una base tupida de tallos de ciprés que sirve de fondo sobre el que se colocan los adornos florales. Se estima que son necesarios unos 4 m3 de tallos seleccionados para esta labor, recogidos de los jardines públicos de la ciudad seleccionando los mejores ejemplares y cuidando de no dañar a éstos.
El siguiente paso es colocar la plantilla del adorno floral, con el diseño específico del año en cuestión y propuesto por la cofradía. Esta base se une con alambres y tiene una parte de corcho blando donde posteriormente se pinchará la flor cortada. Posteriormente se realiza un pichado de la flor con palillos de madera que por último son incrustados en la base de corcho blando formando el adorno.
Desde los años 40, la Virgen de las Penas, por un acuerdo de los hermanos de la Cofradía, luce este peculiar manto de flores que durante la procesión del martes santo.