GRANADA 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Juzgado de lo Penal 5 de Granada ha absuelto al médico de 59 años al que la Fiscalía pedía seis meses de prisión por supuesto acoso sexual en el ámbito laboral a una enfermera de 28 años en el verano de 2018, tres días después de empezar a trabajar en un centro de salud de la provincia.
En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el juez da credibilidad al testimonio de la denunciante, que declaró como testigo en el juicio, celebrado el pasado 8 de enero, basándose en los criterios de "ausencia de incredibilidad subjetiva", "verosimilitud" y "persistencia en la incriminación".
Sin embargo, la sentencia es absolutoria al no adecuarse, según expone el juez, los hechos al supuesto delito por el que tanto la Fiscalía como la acusación particular, en nombre de la denunciante, lo acusaban, el de acoso sexual, sino más bien al de abuso sexual o al leve de coacciones.
En la sentencia, contra la que cabe recurso, se recogen los hechos en los términos en que fueron descritos tanto por el acusado, que expuso ante el tribunal que trató de dar dos besos a la denunciante como "despedida cordial", después de retomar una conversación que, según ha relatado, había quedado "pendiente" en el desayuno sobre los tatuajes de ella, como por la denunciante.
Así las cosas, el juez expone que la conducta del denunciado "consistió en decirle primero a aquella que le iba a dar uno o dos besos, para luego coger de las manos" a la misma, "quien intentó soltarse, cogiéndole entonces (...) de la cara e intentando aproximar su boca a la de la enfermera con la intención de besarla, aunque sin llegar finalmente a conseguirlo por la reacción de ésta de echarse hacia atrás".
Ello, prosigue, "no puede considerarse como encuadrable en el concepto de solicitud como petición o requerimiento a otra persona de una determinada actuación (supuesto del acoso sexual), sino más bien como el previo anuncio (que no petición) de dar un beso".
En este sentido, "podría ser calificado como un caso de abuso antes como un supuesto de acoso", en tanto que "una actuación por vía de hecho" que excluye "la posibilidad de entender como solicitud (y por tanto como acoso) la conducta realizada por el doctor".
Analiza, abundando en la imposibilidad de encuadrar los hechos como acoso, en que no existe "una relación laboral, docente o de prestación de servicios, continuada o habitual", según los parámetros de la norma, que apuntan a la "autonomía" de los enfermeros respecto de los médicos en su labor.
Sí entiende que se dio una "situación objetiva y gravemente intimidatoria, hostil o humillante", pues ella "sufrió miedo, tanto por el hecho en sí de pretender darle un beso en los labios no consentido por ésta, como por el hecho, también de carácter objetivo, de encontrarse ambos solos en el centro de salud" teniendo "el acusado las llaves del inmueble con lo que pudiera encerrarla con la finalidad de alcanzar sus objetivos, y todo ello aumentado por la circunstancia de escuchar como el propio doctor decía te tienes que arrepentir de lo que haces" a sí mismo.
En resumen, los hechos que se han considerado como probados pudieran ser más bien calificados como un delito de abuso sexual, el cual el juez tiene que desestimar al suponer una imposición de pena superior a la que corresponde al ilícito por el que se había formulado acusación.
Sobre el delito leve "tampoco puede ser considerada su aplicación al tratarse de ilícitos penales de distinta naturaleza o carácter heterogéneo", por todo lo cual el doctor es absuelto, y la enfermera no recibe tampoco indemnización en concepto de responsabilidad civil.
VERSIÓN DE LA DENUNCIANTE
Según su versión en el juicio oral, el procesado la agarró de las dos manos y la intentó besar en la boca, después de que le dijera que se sentía "muy atraído" por ella "no solo por su físico sino por su forma de ser".
Después, según explicó la denunciante, él se habría encerrado en su consulta diciendo que se tenía que "arrepentir" de lo que hacía. Ella, que explicó que sintió "mucho miedo" tras los hechos al no conocer la zona, señaló que indicó al médico, cuando se le acercó de nuevo, "que lo perdonaba" pero que se marchara del centro de salud, al sentirse "muy incómoda", así como que sufrió un ataque de ansiedad.
Tras interponer denuncia y poner el tema en conocimiento de sus superiores, se la cambió de destino. Agregó que lo que ocurrió "apresuró" su decisión de prepararse para ser guardia civil, y que dejó la enfermería.