CÓRDOBA 9 Nov. (EUROPA PRESS) -
El hombre con antecedentes acusado de un delito contra la integridad moral, después de que supuestamente ofreciera a los padres de Francisco Molina, el joven desaparecido en Córdoba desde julio del año 2015, pistas falsas sobre su paradero, ha aceptado este jueves una pena de seis meses de prisión y multa de unos 700 euros, tras reconocer los hechos y pedir "disculpas" por lo que hizo.
En declaraciones a los periodistas, el padre de Francisco Molina, Isidro, acompañado por la madre, Rosa Sánchez, ha manifestado que "es triste tener que llegar a estas situaciones en la familia con lo que se está pasando y que haya gente que se entretiene en hacer llamadas de broma", a lo que ha añadido que "esto es temible, porque no solo lo sufre nuestra familia, sino que lo sufren más familias por desgracia".
En este sentido, ha advertido de que con ello "los investigadores paralizan por completo sus líneas y se vuelcan en esta nueva llamada", al tiempo que "el despliegue de medios y personal es tremendo para luego ser una broma". "No hay derecho a esto", ha enfatizado el progenitor, quien considera que los que hacen estas "bromas" tenían que "pagar de su bolsillo los gastos que ocasionan, ya no solo el daño moral que hacen a las familias, que no se puede pagar con dinero".
Mientras, el padre ha explicado que lo que ha dicho el procesado es que "a lo mejor estaba confundido y quería ayudar", a la vez que ha señalado que ellos no han reclamado "nada", después de que la denuncia fue "puesta de oficio por la Policía". Además, ha dicho que han recibido "varias llamadas de bromas y la Policía ya estaba cansada al recibir ésta, porque movilizó a muchos agentes".
Sobre el paradero de su hijo, Isidro Molina ha indicado que "hay una línea nueva de investigación", de manera que "se sigue trabajando en el caso para buscar a Paco" y espera que "todo el esfuerzo que se hace dé sus frutos", así como "el movimiento por redes sociales con mucha gente que ayuda y difunde la foto de Paco".
EL CASO
Cabe destacar que el juicio se ha celebrado en el Juzgado de lo Penal número 4 de Córdoba y la Fiscalía había pedido inicialmente para el acusado penas de 14 meses de cárcel y el pago de una indemnización de 6.000 euros por daños morales.
Según señala el Ministerio Público en su calificación, a la que ha tenido acceso Europa Press, el procesado presuntamente realizó tres llamadas al móvil del padre, Isidro Molina, desde una cabina telefónica de una avenida de la capital cordobesa el día 26 de julio del año pasado, días después de cumplirse el año de la desaparición.
Al respecto, el fiscal apunta que el acusado, "a sabiendas de que crearía falsas expectativas en Isidro, en las tres llamadas realizadas, a las 1,34, a las 16,14 y a las 23,00 horas, le proporcionó informaciones falsas sobre el paradero del menor".
En este sentido, le hizo creer que había conocido a su hijo "dos meses atrás en Albacete, donde el menor vivía en un local de alterne, y que habían viajado juntos hasta Peñíscola" (Castellón). Le dijo, además, que al menos hasta el día 21 había permanecido el menor en esa localidad, "que se encontraba bien, que pedía en la calle y que últimamente estaba con una chica con la que tenía pensado trasladarse de localidad".
En la última llamada, invitó al padre a verse personalmente para aportarle más información que "no podía facilitar por teléfono". Isidro, sin embargo, no aceptó, después de que la Policía "se lo desaconsejó al no poder garantizar su seguridad". Ante esto, quedaron emplazados para una nueva comunicación, que ya no llegó a producirse.
En opinión del fiscal, las informaciones ofrecidas por el varón "alimentaron las esperanzas de los padres de poder encontrar a su hijo con vida", pero una vez que la Policía hizo investigaciones para comprobar la presencia del menor y del acusado en las localidades mencionadas, "con resultado negativo", quedaron "sumidos en un estado de desolación y desesperanza".