JAÉN 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
El hombre de 41 años acusado de matar a otro disparando con una escopeta de caza ha reconocido ser el autor de los disparos, al tiempo que ha pedido perdón y ha dicho estar "muy arrepentido", aunque ha reiterado que actuó así porque tenía "mucho miedo" y porque creía que venían a matarle a él y a sus hijos, porque las venganzas entre gitanos son "ley de vida" y "esto es una ruina para toda la vida".
"Yo no me alegro de lo que hice, me se fue de las manos", ha dicho el acusado ante el jurado encargado de juzgarle desde este lunes en la Audiencia de Jaén. "A lo que me condenen lo voy a aceptar porque lo he hecho", ha apuntado, al tiempo que ha pedido perdón a la familia del fallecido, un hombre, de 33 años, a quien ni tan siquiera conocía.
Ha relatado que actuó así por miedo y por defender a sus hijos después de ver como venían "30 ó 40 gitanos" armados con varas, un revólver y hasta un machete. El acusado sabía que venían a vengarse porque "los gitanos somos así" y "sé que dentro de 20 o 40 años me van a matar y si no, a mis hijos".
Un jurado, conformado por siete mujeres y dos hombres, juzga este caso en el que el acusado ha dicho que no quería dar a nadie cuando disparó, que el primero fue al aire, pero que después ya no sabe a dónde apuntó.
Los hechos, tal y como recoge el Ministerio Fiscal en el escrito de calificación al que ha tenido acceso Europa Press, tuvieron lugar sobre las 16,30 horas del 19 de marzo de 2022. Fue entonces cuando el acusado, que se encontraba en su casa, en Jaén capital, vio cómo llegaban varios vehículos y sus ocupantes se bajaban para hablar con el acusado.
Al parecer, según recoge Fiscalía, venían a hablar con el acusado por el fallecimiento de un familiar en el incendio de una vivienda registrado el día de antes. Los ocupantes del vehículo responsabilizaban a la pareja del fallecido de haber provocado el incendio y venían dispuestos a pedir cuentas al ahora acusado, puesto que él era sobrino de esta mujer a la que hacían responsable del incendio.
La mujer, de 59 años, había sido detenida y puesta en libertad por incongruencias en su declaración sobre las circunstancias en la que se produjo el fuego de la vivienda ubicada en la calle Las Cumbres, en el que murió un hombre de 64 años.
Cuando el acusado vio que un grupo de personas llamaban a su puerta, cogió la escopeta, se subió a la azotea y abrió fuego efectuando "varios disparos hacia la calle". De esta forma, alcanzó a uno de los que había llegado en coche. El herido presentaba seis orificios de entrada de postas en la parte baja de la espalda y otros cuatro orificios de entrada en el costado izquierdo. Dos días después, el 21 de marzo, y como consecuencia de la gravedad de las heridas, el hombre acabó falleciendo en el Hospital de Jaén.
"Yo no lo conocía de nada, yo no quería matar a nadie, solo quería que se fueran", ha dicho el acusado. Ha añadido que primeramente les arrojó desde la azotea baterías de ciclomotores y piezas de chatarra para disuadirlos, pero cuando vio a uno escalando con un revólver en la mano, optó por echar mano de una escopeta que tenía escondida en un falso techo y que días antes había comprado a un tercero.
"Pido perdón 20.000 veces. Si volviera atrás, ojalá no lo hubiera hecho", ha dicho el acusado. Fueron sus familiares los que llamaron a la policía para que interviniera, pero ya había un herido. El acusado logró escapar con su familia, pero fue detenido finalmente en un bar de la A-44, a la salida de Jaén. "Solo quería poner a mis hijos a salvo, por eso me los llevé", ha dicho el procesado.
Por estos hechos, el Ministerio Fiscal reclama que se le imponga al acusado 13 años de prisión por el delito de homicidio y un año más por el delito de tenencia ilícita de armas. En concepto de responsabilidad civil, Fiscalía reclama 70.000 euros para el fallecido y otros 50.000 euros para los cinco hermanos de la víctima. La acusación particular también se ha adherido a la petición del Ministerio Fiscal.
Por su parte, la defensa ha pedido que se le considere culpable de un delito de homicidio imprudente o en su caso como homicidio con las atenuantes de miedo insuperable, legítima defensa y estado de necesidad, además de confesión del hecho.
Aunque en este juicio solo se somete a veredicto del tribunal popular la responsabilidad por lo ocurrido en el tiroteo, este suceso tuvo otro capítulo más en el enfrentamiento de las dos familias cuando la mujer investigada por la muerte de un hombre en un incendio fue apuñalada el 23 de marzo en la calle Millán de Priego.
Ni el fuego de la vivienda, ni el apuñalamiento de esta mujer son objeto de este juicio. Se limitará al tiroteo ocurrido cuando, tras el entierro de una persona en un incendio, algunas personas se dirigieron a la casa del acusado por ser familia de la mujer investigada por dicho incendio.
El juicio proseguirá este lunes con la declaración de 13 testigos, mientras que el miércoles está previsto que declaren 14 peritos.