Condenado a cuatro años de prisión por apoderarse de una valiosa Santa Margarita de un convento de Granada

Primera sesión del juicio en la Audiencia de Granada por el robo de la talla de Santa Margarita que iba a subastarse en Nueva York. Archivo.
Primera sesión del juicio en la Audiencia de Granada por el robo de la talla de Santa Margarita que iba a subastarse en Nueva York. Archivo. - EUROPA PRESS
Publicado: martes, 15 octubre 2024 12:52

GRANADA 15 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia de Granada ha condenado a cuatro años y un día de prisión al acusado de apoderarse en 2018 de una valiosa talla de Santa Margarita de Cortona que las monjas del convento de Los Ángeles le dieron para restaurar y que acabó siendo ofrecida para subasta en la Feria de Arte y Antigüedades de Nueva York, a pesar de que la ley no permite comerciar con esta clase de bienes.

En una reciente sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la Sección Segunda de la Audiencia condena a esta persona por un delito de apropiación indebida en su modalidad agravada, al tratarse de un bien del patrimonio cuyo valor excede de los 250.000 euros. Por el contrario, el tribunal absuelve al propietario de la galería de arte madrileña a través de la cual la talla fue ofrecida en subasta y que se enfrentaba a una petición fiscal de tres años de prisión por un delito de receptación.

El tribunal considera probado que las monjas del Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Granada, perteneciente a la orden de Franciscanas clarisas, entregaron al acusado en abril de 2018 esta talla de madera policromada del siglo XVIII para su restauración y mejora.

No obstante, se apoderó de ella y, tras varios requerimientos de las monjas, devolvió al Convento de Santa Clara de Estepa, perteneciente a la misma orden, una "burda" copia de la imagen, lo cual no fue detectado inicialmente por las religiosas.

La talla ha resultado ser una escultura atribuida al entorno del escultor bastetano José de Mora (1642- 1724), adscrita por tanto desde el punto de vista histórico-artístico a la escuela Barroca Granadina. Su valor oscila, según el informe pericial, entre 300.000 y 400.000 euros.

La imagen fue vendida el 20 de junio de 2018 por el acusado a un anticuario titular de una galería de arte en Madrid que ha sido absuelto en esta causa. Entiende el tribunal que la adquirió "sin conocimiento de su origen ilícito y de la imposibilidad de comerciar con ella", al tratarse de un bien mueble de la Iglesia Católica de interés cultural catalogado dentro del Patrimonio Histórico Andaluz.

El 10 de diciembre de 2019 el anticuario, que había obtenido el certificado de exportación de la obra expedido por el Ministerio de Cultura, ofreció la talla para su subasta en la feria de Arte y Antigüedades de Nueva York por 350.000 euros. Afortunadamente no llegó a venderse y fue recuperada en el marco de la investigación que dio lugar a este procedimiento.

En concepto de responsabilidad Civil, la Audiencia de Granada ordena la entrega de la talla en calidad de depósito a la Delegación de Cultura de la Junta para posteriormente efectuar, si procediera, la devolución al lugar donde dispongan las autoridades eclesiásticas competentes.

"SE LA COMPRÉ A LAS MONJAS POR 10.000 EUROS"

Durante el juicio, que se celebró a finales de septiembre, el acusado declaró que "compró la imagen a las monjas por 10.000 euros" bajo el convencimiento de que ellas "tenían permiso para venderla" y aseguró que en ese momento "no sabía nada de su valor".

Afirmó que pagó a las monjas "en mano" y no hizo ningún documento que acreditara la operación porque ellas "no quisieron", así como tampoco firmó el escrito que las religiosas le entregaron exponiendo que le entregaban la Santa Margarita junto a otras piezas para su restauración porque él no es restaurador sino que se dedica a la compraventa de antigüedades.

El anticuario que ha sido absuelto, representado por el penalista Jesús Villamor Blanco, del bufete Ayuela Jiménez, expuso que cuando compró la imagen desconocía que existiera un origen ilícito que impidiera comerciar con ella. Tras hacer indagaciones sobre el valor de la obra, "que no constaba como robada", obtuvo el permiso del Ministerio de Cultura para exportarla y la ofreció en la feria de Nueva York.

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