GRANADA 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada ha decretado, tras un acuerdo de conformidad entre las partes, el internamiento en un centro psiquiátrico durante un máximo de 18 años para el hombre de 74 años acusado de matar en el verano de 2015 a su mujer asestándole quince hachazos mientras dormía en Armilla (Granada).
La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, absuelve a esta persona del delito de asesinato que se le atribuía por acabar con la vida de su mujer al concurrir la eximente completa de responsabilidad penal ante el trastorno psíquico que padece y le condena a indemnizar con 60.000 euros a sus dos hijas, además del pago de las costas causadas a las mismas por ejercer la acusación particular.
El juicio contra esta persona, que se enfrentaba a una petición fiscal de ocho años de cárcel por un supuesto delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, estaba previsto que se celebrara el próximo 24 de abril mediante la fórmula del jurado popular, sin embargo defensa y acusaciones han llegado al acuerdo que ahora recoge esta sentencia.
"Como medida de seguridad", el tribunal decreta que el procesado, Juan H.R., sea internado en un centro psiquiátrico dependiente de la Administración Penitenciaria por un tiempo máximo de 18 años, del cual no podrá salir sin autorización judicial.
Posteriormente, deberá quedar en libertad vigilada, sometiéndose a tratamiento médico o ambulatorio, durante un máximo de diez años en los que tendrá prohibido acercarse a sus hijas ni a su familia política.
En la sentencia se considera probado que en la madrugada del 17 de agosto de 2015 el procesado bajó a la cochera de su casa, en Armilla (Granada), cogió un hacha y se dirigió al dormitorio donde dormía su esposa, a la que golpeó con ella en repetidas ocasiones provocándole heridas en la cara, cuello y otras partes del cuerpo.
La víctima no pudo reaccionar ni defenderse y, a consecuencia de la "brutal agresión", falleció. A continuación, el acusado se lavó las manos y el pecho y se sentó en la cochera durante una hora, llamando posteriormente a la Guardia Civil afirmando que se quería pegar un tiro.
Tras un rato de conversación con los agentes, confesó que había golpeado a su mujer con un hacha y que ella estaba en el dormitorio, donde la encontraron sin vida.
En la sentencia se expone que el acusado padece un trastorno delirante de contenido paranoide y celotípico que anuló completamente sus facultades en relación con estos hechos, una alteración mental que puede favorecer la "reiteración de este tipo de conductas".