SEVILLA, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Oficina del Defensor del Menor de Andalucía ha expuesto, con motivo de la presentación de su informe de 2016 y ante la recurrencia del asunto como uno de los problemas principales que afectan a este segmento poblacional, la conveniencia de proponer al Parlamento andaluz que estudie la viabilidad de modificar la actual normativa para restringir la publicidad exterior y el acceso de los menores al alcohol.
Así lo ha indicado en rueda de prensa en Sevilla el Defensor del Menor en Andalucía --también del Pueblo Andaluz--, Jesús Maeztu, tras la presentación del informe al presidente del Parlamento, Juan Pablo Durán, en el que ya viene incluida la mencionada propuesta.
La preocupación del órgano se debe a que la actual regulación "no es suficiente" ni contempla limitaciones en la publicidad exterior --el problema fundamental en este ámbito, entendida como los anuncios en vía pública--, pudiendo ser "lesiva" para una educación en valores de los jóvenes.
Por ello, el Defensor considera "interesante" que, al margen de que el acceso de los menores al alcohol esté mejor vigilado, se contribuya a evitar que la aparición sin cortapisas de mensajes publicitarios sea asumido por los adolescentes y jóvenes como una rutina de socialización más.
Sobre el asunto, respecto al cual la Oficina del Defensor ha realizado este año un monográfico, se señala que aunque las consecuencias negativas en forma de ruido, molestias a los residentes próximos y suciedad de las concentraciones masivas de jóvenes para la ingesta de alcohol, objeto de "multitud" de quejas en el Defensor, quedaron solventadas ante la actuación de administraciones y fuerzas y cuerpos de seguridad en cumplimiento de la Ley Antibotellón, el fenómeno, más que desaparecer, se ha disgregado y "desplazado a lo oculto", permaneciendo intacto el problema base, es decir, el del consumo de alcohol a edades tempranas.
Así, se ha dado una "bifurcación" de estas concentraciones, convertidas ahora en 'microbotellones' a las puertas de discotecas, en zonas costeras o polígonos industriales, en las que apenas se interviene al no haber quejas vecinales por no existir viviendas en las inmediaciones.
Maeztu insta a combatir este fenómeno, al margen de la referida intervención en la publicidad, con un mayor control para evitar el consumo y con la propuesta de medidas de ocio por parte de ayuntamientos y agentes sociales.
La socialización del consumo de alcohol es el conflicto que explica esta tesitura. De esta manera, la sensación de los menores es de que es "fácil o muy fácil" conseguir bebidas, mientras que no existe percepción de riesgo en prácticas como el 'binge drinking' o 'atracones' --consumir cinco o más copas en un corto espacio de tiempo--.
Siendo la edad media de inicio en el consumo de 14,7 años, centrado en fines de semana --una vez más, existe una ausencia de idea de riesgo al estimar que si es sólo durante este periodo el peligro no es tanto--, la problemática principal es vincular el consumo de alcohol a la diversión.
UNAS 400 QUEJAS POR AMIANTO EN CENTROS EDUCATIVOS
Ya en relación a otros asuntos de las 5.009 actuaciones en asuntos de menores y adolescentes llevadas a cabo por el Defensor en 2016 --1.872 fueron nuevas--, y en las que la desigualdad es el hilo conductor --dado su carácter transversal en muchos derechos conculcados y a ser una situación que "acusan más los niños", que, en muchas ocasiones, acaban heredando la pobreza del núcleo familiar--, destacan las presentadas en materia de educación, con un total de 731 expedientes.
Llama la atención el repunte de un asunto como es el de la presencia de amianto en los centros educativos, con unas 400 quejas el pasado año, algo que Maeztu atribuye a situaciones puntuales que pueden no tener la misma repercusión al año siguiente, lo que sucedería con este asunto de seguir adelante de modo exitoso la planificación de la Consejería de Educación para retirar el fibrocemento de las instalaciones escolares.
La necesidad de una educación de calidad e inclusiva --con mayor dotación para la atención a las necesidades educativas especiales--, una revisión de la normativa para adaptar los comedores a las situaciones reales de las familias, acciones para evitar el retraso en el pago de las becas o seguir actuando contra el acoso escolar son otras preocupaciones del Defensor del Menor en Andalucía en esta materia.
En Salud, se denuncia la ausencia de pediatras en determinadas zonas de Andalucía, la falta de secciones suficientes de atención temprana o la falta de una correcta adaptación en espacios asistenciales y de atención a la salud mental de menores.
VIOLENCIA EN EVENTOS DEPORTIVOS
Uno de los aspectos más novedosos recogidos en el informe es que para la Defensoría ya es motivo de preocupación la recurrencia de actos violentos, protagonizados incluso por los propios padres, en algunos eventos deportivos donde participan menores y jóvenes.
Ante ello, Maeztu ha aludido a soluciones "imaginativas" como entregar a los padres un escrito con la ficha federativa animando a colaborar en la erradicación de estas conductas, asistir a cursos o actos divulgativos de la problemática de la violencia en el deporte o establecer un programa de actividades.
Las ayudas para luz y agua para familias en precario con menores a su cargo, el aunar esfuerzos para evitar a los menores los efectos de desahucios, la mejora de infraestructuras públicas para evitar el afectar a la calidad de vida de los niños --parques y jardines en mal estado, vías y acerados que suponen un riesgo o solares en estado de abandono, por ejemplo-- o incidir en colectivos de menores vulnerables o en desamparo, como las víctimas de trata, los menores no acompañados, víctimas de violencia de género o refugiados, son otras de las denuncias importantes de la Defensoría.