SEVILLA 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Defensor de la Infancia y Adolescencia de Andalucía y Save the Children ha debatido este jueves en Sevilla sobre la salud mental de los niños y adolescentes andaluces en el marco de la jornada 'La salud mental de la infancia y la adolescencia en Andalucía', bajo el lema #ConscienteMente, con la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla.
En una nota de prensa, han reflejado algunas de las conclusiones debatidas, entre las que destacan que los niños y las niñas que crecen en hogares en riesgo de pobreza o exclusión tienen hasta cuatro veces más probabilidades de padecer un trastorno mental que aquellos que viven en hogares de rentas altas.
Por otro lado, según han apuntado, la infancia más vulnerable se enfrenta a mayores obstáculos para acceder a una atención especializada de calidad, dados los problemas de acceso al sistema público y la imposibilidad de sufragar los costes del sistema privado. Ambas dimensiones se retroalimentan y refuerzan mutuamente, en una nueva expresión del círculo vicioso de la pobreza y desigualdad.
Además de visibilizar la relación entre salud mental y factores socioeconómicos, como el nivel de renta, con esta jornada se pretende crear un espacio de reflexión multidisciplinar, que incluya la visión de la adolescencia andaluza, sobre cuáles son las necesidades en materia de salud mental en Andalucía y qué recursos --humanos, económicos, legislativos o de cambios en políticas públicas-- se necesitan para responder a esas necesidades.
El Defensor de la Infancia y Adolescencia de Andalucía, Jesús Maeztu, ha llamado la atención sobre cómo la salud mental, "la asignatura pendiente del sistema sanitario", se han convertido en un elemento de desigualdad en el desarrollo pleno del derecho a la salud de niños, niñas y adolescentes. "Necesitamos visualizar este problema, la prevención y la detección, con más razón después de la Covid, que ha destapado muchos de estos problemas. No tenemos datos fiables para adecuar los recursos, que son deficientes, y sobre todo me preocupa la red, una buena coordinación de la Administración, la escuela, la atención social y sanitaria, las familias".
El también Defensor del Pueblo andaluz ha afirmado que en su quehacer diario comprueba la saturación que sufren las Unidades de Salud Mental infanto juvenil, con un predominio de los tratamientos farmacológicos frente a los terapéuticos; problemas por la ausencia de formación específica en materia de salud mental infantil de los profesionales en ámbito sanitario y educativo, o la deficiente coordinación entre los distintos niveles asistenciales, así como respecto de los dispositivos educativos y de servicios sociales que atienden a la infancia. Estas deficiencias las ha detectado en jornadas anteriores en la que la Defensoría ha analizado la salud mental en personas mayores, en entornos vulnerables y en el sistema penitenciario.
Por su parte, el director general de Save the Children, Andrés Conde, ha recordado que, en Andalucía, un 15% de los niños y niñas vive en situación de pobreza severa. "Esto implica que hay muchas familias haciendo malabares a fin de mes porque no tienen, no llegan y no pueden cubrir sus necesidades más básicas, como son los problemas de salud mental". Además, justo después de una pandemia que, según una encuesta realizada por la organización en 2021, ha provocado el aumento del número de niños y niñas andaluces que padecen trastornos mentales, pasando del 1,7% al 3,7%, y del 3,2% al 6,3% en el caso de los de conducta.
Por ello, desde Save the Children insisten en la importancia de reforzar los programas de garantías de ingresos y de ayudas sociales como programas que no sólo ayudan a combatir la pobreza, sino que son herramientas necesarias para mejorar la salud mental de la población andaluza, especialmente de la infancia en situaciones vulnerables. E insisten en que los trastornos mentales deben tratarse desde la prevención, la detección, la actuación, el seguimiento y la evaluación.
"Sin duda alguna, la prevención es el mejor aliado para combatir los problemas de salud mental entre los y las más jóvenes para que sean conocedores y aprendan en primera persona cómo afrontar y discutir sin tabúes ni prejuicios los problemas de salud mental. Esto ya es algo que se está poniendo en marcha en otros países o comunidades autónomas", añade Conde, que también propone la creación de centros especializados en la atención integral a personas con problemas de salud mental y adiciones en cada provincia de Andalucía con el objetivo de facilitar un mayor acceso al sistema de salud para el tratamiento de los problemas de salud mental.
Tanto el Defensor de la Infancia y la Adolescencia como Save the Children han valorado positivamente que el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobara este año el Programa de Prevención de la Conducta Suicida, donde una de las áreas del programa está dedicada a la atención a la población infantil y adolescente. Para ambos, esto supone un reflejo de la integralidad con la que se debe abordar la salud mental en la infancia y la adolescencia.