Un estudio de la Loyola demuestra que el ejercicio físico mejora la densidad mineral de niños obesos

El investigador de la Universidad Loyola José J. Gil Cosano.
El investigador de la Universidad Loyola José J. Gil Cosano. - UNIVERSIDAD LOYOLA
Publicado: viernes, 14 junio 2024 10:59

SEVILLA 14 Jun. (EUROPA PRESS) -

El investigador y profesor del grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Loyola José J. Gil Cosano ha asistido a la reunión anual del American College of Sports Medicine (ACSM), una de las entidades "más prestigiosas" dentro del panorama internacional a lo que deporte, salud y ejercicio físico se refiere. En el evento celebrado la semana pasada en la ciudad de Boston, el investigador presentó el trabajo titulado 'Impact of an Exercise Intervention on the Inflammatory Profile in Children with Overweight/Obesity: ActiveBrains Study'.

Uno de los resultados principales de este trabajo es que el ejercicio físico combinado (aeróbico y fuerza), practicado de forma regular, "parece no tener un efecto antiinflamatorio en los niños prepuberales con sobrepeso u obesidad". Los resultados del trabajo derivan del proyecto 'ActiveBrains', liderado por el profesor Francisco B. Ortega del Departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada y en el cual José Juan realizó sus estudios de doctorado, ha reseñado la Loyola en una nota de prensa.

El estudio demiestra que los escolares que practican ejercicio físico mejoran su densidad ósea. Se trata, de hecho, de otro de los estudios en la línea del proyecto 'ActiveBrain', en el que participa el investigador de la Universidad Loyola. Está liderado por investigadores del departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada (UGR), en colaboración con pediatras de la Unidad de Endocrinología Infantil del Hospital Clínico Universitario de Granada y colaboradores externos nacionales e internacionales, que demostraron anteriormente que los escolares que practican ejercicio físico aeróbico y de fuerza mejoran su densidad mineral ósea.

Este trabajo fue publicado en la revista 'Journal of Science and Medicine in Sport' y reveló que el ejercicio físico practicado de forma regular por estos menores durante los cinco meses de duración del programa les permitió mejorar su densidad mineral ósea de las piernas y del cuerpo entero. El estudio recientemente presentado continúa arrojando luz a los efectos del ejercicio físico en los menores con obesidad.

"Uno de los resultados más interesantes es que este programa de ejercicio, sin estar pensado específicamente para mejorar los huesos, ha logrado ganancias óseas significativas en las piernas y en el cuerpo entero", ha destacado el catedrático del departamento de Educación Física y Deportiva de la UGR e investigador responsable del proyecto, Francisco B. Ortega.

Además, el investigador del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Loyola, y primer autor de este estudio, José J. Gil Cosano, ha apuntado que "desde el punto de vista clínico, las ganancias óseas observadas después del programa de ejercicio podrían reducir en un 12% el riesgo futuro de fractura en esta población". Esto es "especialmente importante" dado que estudios recientes muestran como esta población es propensa a sufrir fracturas, especialmente en el miembro inferior.

Las actividades que implican sprint, cambios de dirección y saltos son beneficiosas para el desarrollo esquelético durante el crecimiento. En este sentido, Luis Gracia Marco, otro de los investigadores que coordinó el trabajo, ha aclarado que "aunque este programa de ejercicio no se diseñó pensando en la salud ósea, la mayoría de los juegos y ejercicios propuestos durante los cinco meses de entrenamiento reunían estas características".

Los juegos y los ejercicios de fuerza propuestos en el programa de ejercicio se realizaron con una intensidad entre moderada y alta. De hecho, Esther Ubago Guisado, una de las investigadoras principales del estudio, ha destacado que "a estas intensidades, el esqueleto de un niño con obesidad soporta una carga mecánica muy elevada, lo cual podría explicar los incrementos significativos de la densidad mineral ósea observados con tan sólo cinco meses de entrenamiento".

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