GRANADA 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
El juicio del llamado 'caso Alhambra', sobre un supuesto fraude en la venta de entradas y el control de accesos al monumento, retoma este lunes las sesiones con la declaración como testigo de la exdirectora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, María del Mar Villafranca.
La vista oral se retomará después de que el pasado 29 de septiembre concluyera la ronda de declaraciones a los 49 acusados que hay en esta causa, entre guías turísticos, responsables de agencias de viajes y trabajadores del conjunto monumental.
Una vez culminada la fase de interrogatorios a los procesados, arrancan ahora las comparecencias de las varias decenas de testigos que han propuestos las partes, que prevén prolongarse hasta el próximo 15 de noviembre.
Villafranca será la primera de las testigos en declarar, a propuesta de la Junta y el Ministerio Fiscal, como exdirectora del Patronato de la Alhambra. Dejó el cargo después de que la Fiscalía presentara una querella contra ella y otras cinco personas por presuntas irregularidades en el proceso de adjudicación del servicio de alquiler de las audioguías, una macrocausa independiente de esta que aún esta en fase de instrucción.
A Villafranca le seguirán la exsecretaria del Patronato, Victoria Chamorro, y el eje del Departamento de Visita Pública, entre otros.
Los 49 acusados en esta causa se enfrentan a penas de entre cuatro y nueve años de cárcel por delitos de apropiación indebida, estafa, falsedad en documento mercantil, daños al patrimonio histórico-artístico y cohecho. No obstante, cuatro de los procesados ya han ratificado un acuerdo de conformidad ante el tribunal que rebaja su pena a entre tres y nueve meses de cárcel.
Según consta en el escrito de acusación del Ministerio Público, la presunta trama delictiva estaba encabezada por cinco miembros de una misa familia, dos de ellos guías turísticos, otro director comercial del Hotel Carmen y el resto de las agencias de viajes Washingtong Irving Travel S.L. y Daraxatour S.L..
Estas personas, "con la finalidad de conseguir un provecho patrimonial ilícito, idearon y ejecutaron durante los años 2002 a 2005 un plan" para ingresar lo que sus clientes pagaban para obtener una entrada a la Alhambra, monumento al que accedían pese a este sistema ilícito.
Estos acusados aprovecharon también las relaciones de amistad y profesionales que les unían con otro de los procesados, un guía turístico que durante 40 años prácticamente monopolizó la visita del turismo japonés a Granada gracias a su conocimiento del idioma y contactos con agencias que gestionaban grupos de esta nacionalidad.