CÓRDOBA 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
La familia de Francisco Molina, el joven desaparecido, ya con 18 años, en la capital cordobesa desde el día 2 de julio del año 2015, confía en nuevas líneas de investigación de la Policía Nacional para intentar dar con su paradero, porque, según han relatado, llevan "dos años horribles".
En concreto, la familia ha estado arropada este viernes en una concentración en la puerta del Ayuntamiento de Córdoba, con más de un centenar de personas, entre las que se encontraban ediles de la Corporación Municipal, entre ellos al alcaldesa, Isabel Ambrosio, distintas autoridades y el presidente de la fundación QSD Global, Paco Lobatón.
En declaraciones a los periodistas, el padre, Isidro Molina, ha explicado que "la Policía Nacional no específica qué se trata" en las nuevas líneas, pero "han pasado dos años y no hay noticia de Paco", ha expuesto el progenitor, quien ha señalado que "el tiempo juega en contra", si bien espera que "algún día vuelva". Según ha afirmado, la búsqueda también abarca Francia, Italia y Bélgica, ante "la posibilidad de que lo hubieran sacado del país".
Por su parte, la madre, Rosa Sánchez, ha lamentado, entre lágrimas, la desaparición de su hijo tras "dos años sin saber qué ha sido de él y dónde estará", al tiempo que ha pedido "el apoyo, constancia y cariño" de la gente que le rodea y la sociedad cordobesa. "Me han arrebatado a mi hijo y es un ciudadano cordobés", ha apostillado, para remarcar que va a "seguir peleando, cueste lo que cueste".
Mientras, Paco Lobatón ha señalado que "en la investigación de Policía Nacional no se ha dejado de trabajar y recientemente han tenido constancia de que se abren nuevas vías", de manera que "hay que seguir por ahí", así como "en el terreno judicial", ha destacado, a la vez que ha resaltado la labor del Laboratorio Jurídico Permanente, con el fin de que "se cree la figura jurídica del desaparecido".
Asimismo, ha apuntado que "todos los ciudadanos deben sentir que la ausencia de Paco es un desgarro compartido" y ha agregado que "al conmemorar estos dos años de ausencia y en relación a este caso concreto, los padres no solo pelean por recuperarlo, sino también por que no se vuelva a repetir en ninguna otra familia, ni caso de desaparición lo que ocurrió con la falta de respuesta inmediata y celeridad a la hora de recuperar las cámaras de seguridad que hubieran podido aportar pistas y rastros para intentar saber el paradero de un menor".
En su opinión, "el derecho a ser buscado requiere que se apliquen todos los recursos", al tiempo que ha precisado que "en España existe una alerta menor de desaparecido que no se activó cuando Paco desapareció", cuando "hubiera podido ser una gran ayuda". También, ha indicado que "hay que reclamar de manera firme el derecho de las familias a saber y ser atendidas con la información necesaria y el acompañamiento absolutamente justo que requiere una situación absolutamente dolorosa y sobrevenida".
Al respecto, ha destacado el inicio del Centro Nacional de Desaparecidos, "un hito en la lucha de las familias y las asociaciones de desaparecidos", después de que desde 2010 hasta la fecha "en España se han producido más de 121.000 denuncias de desaparición, de las que 4.164 siguen activas, entre ellas la desaparición de Paco Molina". "Hay que actuar y reclamar que este nuevo Centro Nacional de Desaparecidos responda a las expectativas de las familias", ha enfatizado el presidente de la fundación QSD Global.
LA DENUNCIA
Cabe señalar que el domingo se cumplirán dos años sin rastro del joven de unos 18 años, tiempo en el que los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado han mantenido abierta la investigación para intentar dar con su paradero, desde que se interpuso la denuncia en julio de 2015, fecha desde la que se dio de alta en las bases policiales como persona desaparecida para todo el ámbito español, europeo y en los distintos cuerpos policiales.
Francisco Molina Sánchez desapareció el 2 de julio del año 2015, cuando quedó con unos amigos en la capital cordobesa. Desde el principio del caso, su padre ha puesto en duda que su hijo se marchara voluntariamente, dado que "no se llevó el dinero que tenía en casa, ni tampoco ropa", por lo que no entiende cómo, según testigos, el menor tomó un autobús hacia Madrid, donde se le perdió la pista.
El padre de Francisco comentó en su momento que su hijo avisó la noche del 2 de julio que "se quedaría a dormir en casa de sus amigos, como había hecho otras veces", si bien al día siguiente, tras no aparecer por su casa, junto a la zona del Zoco, en la capital cordobesa, el progenitor habló con los amigos, quienes le dijeron que "no había dormido" en sus casas, tras lo cual denunció su desaparición.
Así, apuntó que "su móvil está apagado desde las 0,17 horas del día 3 de julio" y los amigos comentaron que "había quedado con alguien que no conocían", resultando que "al día siguiente (el 3 de julio) lo han visto cogiendo un autobús a Madrid", pero "se le pierde la vista, porque no hay grabaciones de las estaciones de Córdoba y Madrid en las que aparezca", según indicó el padre.
En el momento en que fue visto por última vez, Francisco Molina llevaba unos vaqueros cortos, zapatillas deportivas negras y un polo blanco con los filos del cuello y las mangas con la bandera de España.