Defiende que el derecho a decidir corresponde a "todos" los españoles y muestra su confianza en España "por encima de sus representantes"
SEVILLA, 25 (EUROPA PRESS)
El expresidente del Gobierno Felipe González se ha mostrado este miércoles de acuerdo en "parar" la aplicación del artículo 155 de la Constitución si el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, "convoca elecciones reconociendo que lo único legítimo es el Estatuto de Autonomía y la Constitución", pero se ha mostrado contrario a detener dicha aplicación "si convoca las elecciones después de haber declarado la independencia y para hacer unas supuestas constituyentes".
Así lo ha manifestado al final de la conferencia que bajo el título 'Reflexiones desde la experiencia' ha impartido este miércoles por la noche en una sesión extraordinaria de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla, donde desde el principio ha querido ser "prudente" con sus palabras para hablar de un tema "tan delicado" como el que se vive en Cataluña, y el actual momento convulso que atraviesa España, "probablemente el más difícil desde el que empezó la Transición".
Dejando claro que "no represento más que a mí mismo", porque hace 20 años que dejó la dirección del PSOE y más de 20 la Presidencia del Gobierno, González ha disertado durante más de una hora sobre la actualidad política española, fundamentalmente sobre la situación en Cataluña, y al respecto ha acusado al Ejecutivo catalán de haber "saltado por encima del Estatut y de la Constitución" los pasados días 6 y 7 de septiembre con la aprobación en el Parlamento catalán de las leyes del referéndum del 1 de octubre y de Transitoriedad, de forma que se da la "paradoja de que las autoridades de la Generalitat han roto con defectos de forma y con problemas de fondo el Estatut de autonomía y la Constitución".
Ha defendido además que el "derecho a decidir" corresponde a "todos" los españoles, pero ha abogado por "evitar en lo posible la vía penal" para afrontar el desafío catalán, y se ha mostrado "seguro" de que el "espacio público compartido" que es España "lo seguiremos compartiendo dentro de diez o 15 años", porque España es "más fuerte que esta crisis, que sus representantes políticos, o que sus gobernantes", según ha proclamado.
Y es que, según ha subrayado el expresidente, "esto que llamamos España es un espacio público compartido en el perímetro actual desde 1516", por lo que "tiene 500 años", lo que la convierte en "una de las más viejas naciones del mundo", y "como todos los países con una vieja historia, este país ha pasado por todo".
Al hilo, ha afirmado que "de lo único" de lo que se muestra "seguro" ahora mismo es que "ese espacio público que compartimos ahora lo compartiremos dentro de diez o de 15 años dentro del marco europeo", porque confía "mucho más en el buen sentido de los ciudadanos que en la confusión en la que vivo desde muchas iniciativas que no comparto".
En esa línea, González ha confesado sentir a veces "la soledad de no sentirme representado" en el debate político actual, y ha llamado la atención acerca de que "la característica fundamental de la política ahora es la imprevisibilidad" sobre "lo que va a ocurrir esta noche o mañana", y ha lamentado que quienes fomentan ese rasgo "presumen de astucia".
En relación al comportamiento del Gobierno de Rajoy, González ha señalado que no entendió que requiriera a Puigdemont que dijera si había o no declarado la independencia, y ha manifestado que hubiera "entendido mejor que le hubiera requerido que tuviera que retrotraer" las leyes que "con nocturnidad y alevosía" se aprobaron en el Parlamento catalán los días 6 y 7 de septiembre.
Ha revelado además que se enteró "de lo que iba a hacer el Gobierno" en relación a la aplicación del 155 "a las 14,00 horas del sábado" pasado, porque "hace tres años y medio que no hablo con el presidente" Rajoy, si bien ha apostillado a renglón seguido que "nadie tiene ninguna obligación de consultarme".
DERECHO A DECIDIR
González ha argumentado que "nadie niega el derecho a decidir", pero ha remarcado que "en el espacio público que es España eso corresponde a todos los españoles, por razones de ciudadanía".
Aludiendo al jugador del FC Barcelona y de la Selección española Gerard Piqué, el expresidente del Gobierno ha argumentado que si un equipo de fútbol "pensara que el fuera de juego no cuenta para él, no podría jugar en la Liga española ni en la Champions", porque sería saltarse las reglas del juego. "Si uno toma unilateralmente la decisión" de no respetar las reglas del juego, "lo menos que le puede pasar es que no pueda competir", ha manifestado González.
No obstante, ante "una deslealtad institucional que quiebra las reglas de juego de la Constitución y el Estatuto de autonomía", González ha llamado a evitar "en lo posible la vía penal, y también el amparo debajo de las togas de los jueces, incluido los del Tribunal Constitucional, porque si a los responsables políticos la Constitución les da instrumentos políticos de respuesta", éstos "deben tener la iniciativa", según ha continuado González, que ha advertido de que, "una vez que se desencadenan los procesos penales, el Ejecutivo no tiene nada que hacer".
En todo caso, ha querido dejar claro que él respeta "las decisiones judiciales", y que "uno no puede rebelarse contra las sentencias ni contra los tribunales, porque esa es la arbitrariedad que conduce a la tiranía, como en Venezuela".
González se ha mostrado disconforme con la reforma de la ley del TC aprobada por el Gobierno del PP en la legislatura de la mayoría absoluta de Rajoy, y con que el Constitucional "tenga capacidad para ejecutar sus propias resoluciones como tribunal", señalando que "nuestro ordenamiento jurisdiccional acaba en el Tribunal Supremo".
"NO DEJARSE ARRASTRAR POR LAS PASIONES"
El expresidente ha apelado a "no dejarse arrastrar por las pasiones", a "no insultar a nadie", a no vetar productos catalanes, a que "no se exageren las consecuencias económicas" del proyecto independentista "aunque puedan ser muy duras", y a "no degradar la convivencia", tampoco con las palabras.
También ha llamado a poner "calma en la reflexión y en las relaciones entre ciudadanos", así como a que "no se olvide que por lo menos la mitad de los catalanes no están en esa aventura", y a actuar "proporcionadamente".
En esa línea, ha opinado que el fiscal general del Estado, José Manuel Maza, "haría bien en hacer un ejercicio de prudencia o de silencio incluso".
Además, ha recalcado que "el problema no es de Cataluña, sino del nacionalismo catalán y de sus socios", por lo que ha llamado a no caer en el "error" de tomar la parte por el todo al referirse a la problemática que se vive en dicho territorio, así como ha llamado a "no hacer nacionalismo contra el nacionalismo".
REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN
Durante su conferencia, el expresidente ha recordado que él estaba "en la sala de máquinas" cuando se gestó la Constitución hace unos 40 años, y ha defendido que entonces se llevó a cabo un "esfuerzo enorme para que todo el mundo cupiera" en la misma.
Así, ha señalado que la Carta Magna fue "muy debatida y muy consensuada, con algunos elementos de improvisación inevitables", y se ha mostrado a favor de "cambiar algunas cosas" de la misma "sin temor", pero ha defendido que la española es, "desde el punto de vista de las libertades, las garantías individuales y el pluralismo político, mucho más generosa" que constituciones "coetáneas y modernas".
Finalmente, ha aseverado que "en España no se prohíben las ideas", y "cada uno puede defender las que quiera", y ha argumentado que "es legítimo querer cambiar el marco jurídico, pero no lo es querer volarlo antidemocráticamente", según ha apostillado González.