GRANADA, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía ha solicitado una pena de ocho años de prisión para el acusado de secuestrar, el 21 de febrero del año pasado, a la entonces concejal socialista de Maracena (Granada), Vanessa Romero, después de que presuntamente se subiera a su coche, le amenazara con una pistola simulada y acabara metiéndola en el maletero atada de pies y manos. En ese momento, el acusado era la pareja sentimental de la entonces alcaldesa de la localidad, Berta Linares, también del PSOE.
La Fiscalía acusa al presunto secuestrador de un delito de detención ilegal, por el que pide que sea condenado a seis años de prisión; de otro leve de lesiones, por el que solicita una multa, y un tercer delito de lesiones psíquicas por que el reclama otros dos años de cárcel para él, según han detallado a Europa Press fuentes del caso.
Además de las correspondientes medidas de prohibición de comunicación y aproximación a la víctima, el Ministerio Fiscal solicita que se indemnice en 6.000 euros a Vanessa Romero y en la cantidad que se determine en el acto de juicio conforme al informe médico forense final, que todavía está pendiente ya que la exedil sigue en tratamiento tras lo ocurrido.
El Juzgado de Instrucción número 5 de Granada cerró la instrucción del caso a principios de enero en un auto en el que acordó archivar la causa para la exalcaldesa de Maracena Berta Linares y el concejal socialista Antonio García, al entender que no existen indicios de que fueran los inductores del secuestro por motivaciones políticas como habían venido afirmando tanto la víctima como el secuestrador.
Así las cosas, por este caso sólo será juzgado la expareja de Berta Linares, que ha sido procesado por un delito de detención ilegal, dos delitos de amenazas, un delito leve de lesiones y otro delito de lesiones psíquicas. Se encuentra en libertad provisional desde el pasado julio y el informe forense ha descartado que sufra trastorno psiquiátrico alguno.
La acusación particular, que ejerce la exconcejal Vanessa Romero, ha solicitado que el presunto secuestrador sea condenado a nueve años de prisión por delitos de detención ilegal y lesiones psíquicas. Ambas acusaciones comparten en buena medida el relato de hechos realizado por el juez instructor en su último auto de enero.
EL SECUESTRO
En él se expone que el acusado habría preparado el secuestro semanas antes haciendo diversas búsquedas por Internet y adquiriendo tanto un cuchillo tipo militar --de 19 centímetros de hoja-- como una pistola simulada; guantes para evitar dejar huellas, bridas de plástico, papel de aluminio para envolver los móviles y evitar un posible posterior rastreo, cinta carrocera y otros efectos.
Con todo ello dentro de una mochila se desplazó la mañana del 21 de febrero en su vehículo hasta el colegio donde Vanessa Romero dejaba cada mañana a sus hijos. Supuestamente le dijo que había ido a dejar a los hijos de Berta Linares --su pareja en ese momento-- y con la excusa de que se había quedado sin gasolina le pidió que le llevara.
Una vez dentro del vehículo de Vanessa, presuntamente le apuntó con una pistola simulada para que diera la vuelta y se adentraron en la zona recreativa del embalse de Cubillas. Una vez allí, tras un intento fallido de citarse con el arquitecto municipal de Maracena usando el móvil de la víctima, supuestamente envolvió con papel del aluminio el teléfono, sentó a la edil en el asiento de atrás atada de pies y manos, le tapó los ojos y la boca con una venda y continuaron el trayecto hasta la localidad de Armilla.
Allí introdujo el coche en un garaje alquilado por él y, presuntamente amenazándola con una especie de barra metálica, consiguió que Romero se metiera en el maletero, tras lo que se marchó dejándola encerrada. Ella aprovechó ese momento para golpear los asientos traseros hasta que cedieron, de modo que pudo escapar y pedir ayuda.
Por su parte, el acusado se dirigió a una ferretería de Maracena para comprar un cuchillo y un rollo de cinta americana negra, mantuvo luego un encuentro con su pareja, Berta Linares, y decidió volver al local de Armilla, pero una vez allí se percató de la presencia policial. Volvió a tomar el metro en dirección a Maracena y en esta localidad finalmente fue detenido.