Forenses descartan las marcas que el denunciante de los abusos señaló en el padre Román

GRANADA, 14 (EUROPA PRESS)

Los peritos forenses que exploraron durante la fase de instrucción al padre Román M.V.C., que está siendo juzgado por supuestos abusos sexuales a un menor de su parroquia desde 2004 a 2007, han descartado que presente las marcas físicas que el denunciante señaló en su testimonio, como que esté circuncidado o que tenga una pequeña mancha genital de color café.

Este martes ha comenzado la ronda de declaraciones de los peritos propuestos por las partes en el juicio que se está celebrando en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada contra el padre Román, que se enfrenta a una petición fiscal de nueve años de cárcel.

Los primeros en declarar han sido dos peritos forenses que exploraron al sacerdote una vez que fue denunciado por la supuesta víctima, los cuales han descartado que presente una mancha delimitada color café y se han referido más bien a una "hiperpigmentación" difusa por toda la piel que cubre el glande.

Han matizado, sin embargo, a preguntas de la defensa que esta afección --que han comparado con las manchas que algunas embarazadas presentan en el rostro-- puede "evolucionar" a lo largo de la vida de una persona, tornándose más o menos oscura.

También han descartado que el sacerdote esté circuncidado, sino que lo que presenta es "una ausencia de frenillo", lo que "no puede entenderse tampoco como una fimosis", lo que entra en contradicción con lo dicho por el denunciante.

Éste también aludió a una serie de estrías que el sacerdote presentaría en las caderas y que los forenses no han encontrado, alegando que "de existir las habrían visto" porque, aunque pueden disimularse con tratamientos estéticos, estas marcas en la piel no pueden eliminarse. No obstante, los peritos sí hablan de una mancha blanca "muy visible" en una de las caderas del sacerdote.

ANÁLISIS DE CONDUCTA

En la sesión de este martes también han comparecido por videoconferencia los agentes de la Unidad Central de Inteligencia Criminal de la Policía Nacional que se encargaron de hacer el análisis de conducta al padre Román y al denunciante de los supuestos abusos.

Estos agentes de la Sección de Análisis de Conducta (SAC) analizaron declaraciones grabadas en vídeo durante la fase de instrucción mediante un protocolo de evaluación del comportamiento que incluye el análisis de la comunicación verbal y no verbal y que, según su propio testimonio, permite obtener conclusiones en el terreno de la "hipótesis" pero no "certezas" sobre si una persona miente o dice la verdad.

Los análisis concluyeron que la versión del denunciante era "altamente compatible con un testimonio honesto" aunque incurriera en ciertas "contradicciones", en tanto que mostró una "coherencia general en su comportamiento" durante todo el proceso y superando los análisis que permiten descartar una "simulación" en sus palabras.

Sus informes también aluden a que éste mantenía un "vínculo emocional muy fuerte" con el padre Román, cuya versión de los hechos han calificado como "altamente compatible con un testimonio deshonesto".

Lo atribuyen a "las grandes diferencias" de comportamiento que mostraba el sacerdote cuando hablaba sobre algo "inocuo" y cuando lo hacía sobre un elemento vinculado a los abusos de los que se le acusan.

Aluden concretamente a un "comportamiento verbal y no verbal controlado de forma sistemática" con la pretensión de "ocultar información", lo que desvinculan con la situación de nerviosismo y ansiedad que podría estar atravesando ante las "graves" acusaciones vertidas contra él, al entender que si fuera fruto de ello mantendría esta actitud en todo su testimonios y no en función de las cuestiones a tratar.

El juicio del llamado caso Romanones, en el que el padre Román es el único acusado, se retomará el próximo lunes con nuevas periciales psicológicas, estando previsto que concluya al día siguiente con la prueba documental y las conclusiones finales.