JAÉN 9 May. (EUROPA PRESS) -
La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Comisaría de Jaén, junto al Grupo de Crimen Organizado de la Comisaría de Lleida, han detenido a 26 personas como presuntos miembros de una organización criminal que se dedicaba a estafas telefónicas conocidas como vishing y smsing. Fruto de la investigación se han conseguido esclarecer 31 denuncias interpuestas en la Policía Nacional, Guardia Civil y Mossos D'Escuadra.
El origen de la investigación comenzó tras las numerosas denuncias interpuestas en todo el territorio nacional, muy especialmente en Jaén. Todas coincidían en el mismo patrón por lo que la UDEF de Jaén inició una investigación que les llevó a dos localidades de la provincia de Lleida, en concreto Mollerusa y Bellpuig.
De esta forma, comprobaron que los supuestos cabecillas captaban a otras personas que abrían cuentas corrientes para la recepción del dinero estafado.
Las víctimas manifestaban en sus denuncias cómo alguien desconocido se hacía pasar por empleado de sus entidades bancarias solicitando una serie de datos personales y credenciales de acceso de la banca online. Posteriormente descubrían una serie de transferencias que no habían realizado ni a las que habían prestado su consentimiento.
Los arrestados presuntamente realizaban envíos de mensajes sms así como llamadas telefónicas haciéndose pasar por empleados de banca. Tantos los mensajes como las llamadas telefónicas las realizaban mediante programas informáticos que enmascaraban los números telefónicos reales, apareciendo en los terminales telefónicos de las víctimas el número auténtico de sus respectivas entidades bancarias.
De esta forma, los estafados confiaban en que la llamada era de su banco y facilitaban todo tipo de datos personales y sus credenciales bancarias con las que habitualmente operaban desde la banca online.
Una vez se hacían con las credenciales y claves de acceso, los arrestados presuntamente realizaban transferencias bancarias desde las cuentas de sus víctimas hasta otras cuentas que habían sido aperturadas por la organización y que se correspondían con entidades ubicadas tanto en España como fuera del país, concretamente en Lituania.
Tras determinar que los principales sospechosos se encontraban en Mollerusa y Bellpuig, se informó a los agentes del Grupo de Crimen Organizado de la Comisaría de Lleida.
El trabajo de investigación puso de manifiesto que los cabecillas de la organización se valían de un complejo entramado constituido por diferentes personas a sueldo que se encargaban de captar a otras personas con el fin de que les facilitasen su documentación personal a cambio de dinero.
La documentación le servía a la organización para la apertura de cuentas corrientes en entidades bancarias donde era ingresado el dinero estafado, remitiendo esta información a los principales responsables que se hacían con el control absoluto de las cuentas y el dinero que en ellas se encontraban. La investigación se mantiene abierta y no se descartan nuevas detenciones.