MONTORO (CÓRDOBA), 23 (EUROPA PRESS)
El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de Montoro (Córdoba) ha investigado a un vecino de la capital por la supuesta comisión de un delito contra la flora y la fauna silvestre, tras presuntamente realizar la caza de aves insectívoras con artes o medios de caza prohibidos, utilizando lo que en el argot de la caza se conoce como 'costillas', una forma de caza no selectiva y masiva, por la gran cantidad de trampas colocadas en olivos.
Según ha informado la Benemérita en una nota, normalmente, este tipo de trampas se colocan en el suelo, para ello, alisan poco más de lo que mide la trampa, la colocan preparada para capturar el ave, la entierran levemente y dejan a la vista únicamente el cebo, que suele ser hormigas con alas o alúas. Cuando el ave se dispone a cazar el insecto, la trampa se activa y queda atrapada, falleciendo al poco tiempo.
En este caso, el presunto autor colocaba las trampas en las ramas de los árboles, realizaba una muesca en la rama con una navaja e introducía una de las hojas de la trampa, quedando así sujeta, asegurando la misma con un alambre para evitar que una vez el ave quede atrapada caiga al suelo. De esta forma, se aseguraba o minimizaba el riesgo de que otros animales se comieran las aves capturadas.
Por parte de los agentes de la patrulla de Seprona de Montoro, se estableció un operativo con el fin de localizar al varón, donde horas más tarde se observó cómo una persona se acercaba con una linterna en la cabeza y comenzó a recorrer los árboles donde estaban instaladas las trampas, en busca de las aves que habían sido capturadas con las artes prohibidas.
Una vez el presunto autor finalizó de recoger todas las aves, los agentes lo identificaron, tratándose de un vecino de Córdoba, que vive anejo a las parcelas de olivos abandonados donde colocaba las trampas.
Al respecto, intervinieron los medios de caza ilegales (14 trampas tipo 'costillas'), así como las aves que habían sido capturadas (once aves), entre ellas un zorzal, una curruca cabecinegra, ocho currucas capirotadas y un petirrojo, que son especies insectívoras, que figuran en la Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, evidenciando que se trata de un medio de caza no selectivo y muy dañino para la avifauna de la zona.
Por todo ello, se ha investigado a este hombre como presunto autor de un delito contra la flora y la fauna silvestre, por utilizar artes o medios de caza prohibidos. El investigado y las diligencias instruidas han sido puestas a disposición de la autoridad judicial.