SEVILLA 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
Este domingo 26 de febrero Sevilla y Córdoba se movilizan de manera simultánea a otras ciudades europeas en apoyo a los refugiados bajo el lema 'No a la Europa fortaleza', para "decir no a la proliferación de fronteras, de vallas y alambradas; al abandono de nuestros principios y nuestro derechos; a la política de la sinrazón; y a las excusas ante las cuotas de acogida".
Así, según la información recopilada por Europa Press, en Sevilla
la Asociación de apoyo al pueblo sirio Andalucía ha organizado una manifestación que partirá a las 12,00 horas desde Puerta Jerez y llegará a Plaza Nueva, y en la que los participantes irán todo vestidos de negro y en silencio absoluto.
Los manifestantes portarán fotografías de la exposición 'Exodus', así como carteles y pancartas "denunciando las vallas y alambradas de España y Europa y llamando a la acogida inmediata de Rrefugiados, denunciando la situación en Belgrado, Grecia y los menores abandonados a su suerte". Al final de la marcha se leerá un manifiesto en solidaridad con los refugiados.
Además, otras organizaciones como Facua Sevilla o Fundación Sevilla Acoge, con 30 años de compromiso con las personas migrantes, se une a la convocatoria de este domingo para mostrar el rechazo a las políticas excluyentes de la Unión Europea y reivindicar mejores sistemas de asilo y cooperación en la defensa de los derechos humanos, las libertades y el rechazo a los conflictos armados.
Por su parte, la Asamblea Pro Personas Refugiadas de Córdoba convoca una concentración a las 11,30 horas en el Arco del Triunfo y el Puente Romano para "denunciar no solo le peligrosidad de las rutas migratorias en ausencia de un pasaje seguro, sino también las limitaciones y obstáculos impuestos desde los gobiernos una vez estas personas están aquí".
Para la asociación cordobesa, la Europa fortaleza "es una Europa criminal consciente del tráfico de personas que supone el incumplimiento de los acuerdos de Ginebra. Externaliza fronteras y militariza los mares desde hace ya demasiados años, ya sea en la Frontera Sur, con Marruecos, o ahora en Libia. Paga millones de euros a países que no aprueban en materia de derechos humanos para que hagan el trabajo sucio, o dejan morir en el mar con su política exterior a personas que buscan ponerse a salvo de una situación tremendamente conflictiva y dura".
Además, indica que en el caso concreto del Estado español, "de las 17.000 personas a las que se comprometió a acoger hasta septiembre de 2017, en diciembre de 2016 la cifra de acogida no llega ni a 1.000, de las cuales alrededor de 230 residen en Córdoba".