SEVILLA 16 May. (EUROPA PRESS) -
El Observatorio Económico de Andalucía (OEA) ha revisado en dos décimas el crecimiento del PIB regional hasta el 1,6% en 2023 --gracias a la mejora del crecimiento en el primer trimestre (+0,7%)--, y prevé un 2,1 para 2024.
En su informe, el OEA señala que el 1,6% de 2023 es unas cuatro décimas inferior a la previsión de crecimiento del PIB nacional en torno al 2%; mientras que el 2,1% para 2024 se muestra acorde con las previsiones para la economía española. Con estas cifras, y dadas las proyecciones de crecimiento de la población, estima que a lo largo de 2024 "Andalucía pueda recuperar el nivel de PIB per cápita de antes de la pandemia".
"La evolución de la economía andaluza en el primer trimestre hace intuir un mejor comportamiento del esperado, lo que abre la posibilidad a una ligera revisión al alza del PIB", subraya en el informe. No obstante, destaca los riesgos y su posible intensificación para la segunda mitad de este año.
Entre estos riesgos señala la repercusión del aumento de los tipos de interés en el crédito y, en consecuencia, en el consumo y la inversión privada y el impacto negativo que provocará la sequía sobre la producción agropecuaria, "contagiando a la industria agroalimentaria andaluza y sus exportaciones".
A esto se añaden otros riesgos específicos para la comunidad, como son un escenario económico que condiciona la recuperación del sector turístico. En este sentido, ha detallado la subida de tipos que afectará a los residentes pero también a las economías emisoras de turistas.
Además, apunta a un impacto "más grave" en Andalucía de la sequía, tanto por ser más intensa que en la mayor parte del país, como por el mayor peso de la agricultura y de la industria agroalimentaria en la economía regional que en la del conjunto de España.
Frente a todo ello, otros factores que pueden compensar son la inversión, particularmente la pública, y un mercado de trabajo que podría compensar los efectos negativos en el consumo del aumento de los tipos. La normalización de la inflación y una probable recuperación, por tibia que pueda ser, de los salarios reales podrían, a su vez, compensar parte del efecto de la subida de tipos.