CÓRDOBA 24 Nov. (EUROPA PRESS) -
Si hubiera que resumir en una frase la fecunda carrera del chef cordobés Paco Morales, y así se lo parece a él mismo, sería la de que ha viajado, profesionalmente hablando, del asador de pollos familiar a su actual estatus de chef y flamante Estrella Michelín con el Noor Restaurant, y su trabajada y novedosa incursión en la cocina del esplendor andalusí, la de la Córdoba de los Omeyas del siglo X.
En declaraciones a Europa Press, Paco Morales, quien ha dicho estar "sorprendido" por haber logrado su primera Estrella Michelín en el primer año de actividad de su restaurante, pues creía más probable conseguirla el próximo año, ha aclarado que para poder abrir al público Noor en la capital cordobesa, su equipo y él, con su mujer Mariana Tapia como su mano derecha, han "trabajado durante dos años a puerta cerrada para hacer realidad este proyecto".
Este joven chef de 35 años, que ha pasado por el restaurante Guggenheim de Bilbao, por el Mugaritz de la mano de Andoni Luis Aduriz o El Bulli de Ferrán Adrià, entre otros, ha subrayado que lo que ahora hace "no es solo cocinar, sino que va más allá", partiendo de la base de que abrir un restaurante de cierto nivel "no es solo montar unos fogones", sobre todo cuando lo que buscó, desde el primer momento, fue crear algo "que no existiera" y con el objetivo de que "el cliente, foráneo o nacional, se fuese sorprendido".
Ello requería el mencionado "estudio previo, de muchos elementos relativos a la comida y la bebida de aquel momento" histórico, siglos antes del descubrimiento de América, con lo que, para empezar, los platos que ofrece Noor Restaurant no incluyen tomates, patatas, aguacates ni cacao, entre otros muchos productos que llegaron a Europa del Nuevo Mundo, lo cual ha requerido un esfuerzo creativo, logrando así "un plus que hace que Noor sea un restaurante exitoso".
Pero "esto es una carrera de fondo y no es nada fácil", según ha reconocido, pues, "hasta que llega un cliente, se le recibe y se le atiende, hay antes muchas horas de trabajo y muchas personas implicadas", que buscan darle al comensal "felicidad" mediante un "viaje por el siglo X", desde el punto de vista gastronómico, lo cual es importante "en un momento en el que los restaurantes que se diferencian son aquellos que ofrecen una experiencia, que no solo te dan de comer y beber, sino que van un poquito más allá".
Aún así, Paco Morales entiende que hay que ir con cuidado en este ámbito, porque "el éxito consiste en que ir más allá no desentone, porque, al fin y al cabo, somos un restaurante, donde damos de comer y de beber", y el paladar manda.