CÓRDOBA 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía ha pedido penas que suman seis años y diez meses de prisión y 4.200 euros de multa para una mujer, acusada de delitos de trato degradante, robo con fuerza, estafa agravada con abuso de relaciones personales y una falta de hurto, tras supuestamente atar por las noches a la cama con una sabana a la anciana de 90 años con Alzheimer que cuidaba, robarle joyas y hacerle firmar un cheque por 8.000 euros, en la capital cordobesa. El juicio se prevé celebrar el día 17 de enero en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba.
Según recoge la calificación del Ministerio Público, a la que ha tenido acceso Europa Press, también está acusado el marido de la procesada, por la supuesta comisión de un delito de robo con fuerza, por el que le piden diez meses de prisión, y una falta de hurto, por la que el fiscal solicita para él una multa de 600 euros.
En concreto, la acusada fue contratada para que atendiese desde las 20,30 a las 8,30 horas del día siguiente a la mujer, que debido a su enfermedad no posee capacidad suficiente para administrar con éxito su persona y sus bienes, según explica el Ministerio Público.
En este sentido, durante los dos meses anteriores a la denuncia del día 18 de marzo de 2015, "con menosprecio de la integridad moral de la víctima y para que no la molestase durante la noche", la acusada supuestamente utilizó una sábana con la que la ataba a la cama y le suministraba dosis superiores de Orfidal a las prescritas por el facultativo.
Al respecto, la mujer se cayó de la cama el día 16 de marzo y pasó toda la noche tirada en el suelo, "mojada tras haberse hecho sus necesidades encima, sin que la procesada, a sabiendas del estado en el que se encontraba, la auxiliara hasta la mañana siguiente, aprovechando la llegada de la cuidadora que la atendía de día".
Asimismo, durante las mismas fechas y "con ánimo de ilícito beneficio", presuntamente se hizo con las llaves de la caja fuerte de la víctima y sustrajo varias joyas, entre ellas una alianza que la acusada posteriormente vendió en un establecimiento, todo ello tasado en 565 euros.
Igualmente, valiéndose del vínculo de confianza que había creado con la víctima y "a sabiendas de que tenía mermada su capacidad intelectiva, le hizo creer que tenía que liquidar su cuenta, ya que su contrato había terminado, convenciendo a la víctima", de forma que le firmó un cheque por valor de 8.000 euros, en concepto de servicios prestados y no abonados, a sabiendas de era otra persona la encargada de abonarle su salario.
En otra ocasión, presuntamente se hizo con su tarjeta de crédito y se concertó con su marido, quien "con el mismo ánimo de apropiarse de lo ajeno que su esposa", acudió en distintos días de febrero de 2015 a varios cajeros en los que intentó sustraer el dinero de la víctima, sin llegar a conseguirlo al desconocer la clave de la tarjeta.