CÓRDOBA 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía pide una pena de cuatro años de prisión para un hombre de unos 37 años acusado de un delito de robo con fuerza, con la agravante de abuso de confianza y la atenuante analógica de drogadicción, tras supuestamente robar joyas durante unos tres años en las casas de su tía y su prima por valor de más de 6.700 euros, en la localidad cordobesa de Cabra.
Según recoge la calificación del Ministerio Público, a la que ha tenido acceso Europa Press, el procesado, como otros muchos familiares, suele acudir a un restaurante del esposo de su prima, de forma que antes de octubre de 2013 en una de las ocasiones en las que se encontraba en el local, "aprovechando que nadie lo veía, guiado por el ánimo de enriquecimiento ilícito ajeno", presuntamente sustrajo una copia de las llaves del domicilio de su prima e "hizo a su vez una copia de las mismas".
Asimismo, la tía del procesado tiene su vivienda en la misma calle del citado inmueble, donde el procesado solía ir con frecuencia a visitarla.
Una vez que se hizo con la copia de las llaves de la casa, el acusado supuestamente ha entrado en el domicilio desde octubre de 2013 a febrero de 2016 y ha sustraído "gran cantidad de joyas de oro, plata, brillantes y demás tipo de joyas, así como menaje de plata", todo ello "hallándose bajo los efectos del consumo de sustancias estupefacientes" y "aprovechando los momentos en que sabía que ni su prima, ni su esposo se hallaban en la vivienda".
Además, en el referido periodo de tiempo, el procesado, "guiado por igual ánimo y aprovechando un descuido de su tía o que no se encontraba en el interior de su vivienda y sin el consentimiento de ésta había hecho copia de sus llaves", supuestamente accedió a dicha vivienda y sustrajo diversas joyas de su propiedad.
La Fiscalía señala también que el acusado ha sustraído del interior de la vivienda de su prima diversas cantidades de dinero, que no han sido concretadas, al tiempo que precisa que a medida que se hacía con las joyas acudió a varios establecimientos de compraventa de oro y de plata, sobre todo en Cabra, Lucena y Priego de Córdoba, donde las vendió y obtuvo por ellas distintas cantidades de dinero.
Así, entre los objetos se encuentran bandejas, cucharas, tenedores, cuchillos, pulseras, cadenas, alfileres, pendientes, anillos, colgantes, alianzas y un sello, una esclava y una medalla de oro. Las dependientas que le atendían "desconocían la procedencia ilícita" de los mismos, según el Ministerio Público, que detalla que el procesado ha obtenido con ello unos 2.000 euros.
No obstante, en octubre de 2014, el esposo de su prima al percatarse de la falta de joyas en su vivienda cambió la cerradura, aunque el acusado presuntamente de nuevo sustrajo las llaves, sin que se percataran de ello, e hizo copia de las mismas, por lo que "pudo seguir entrando con igual ánimo y del mismo modo a dicha vivienda". Si bien, el marido instaló un sistema de alarma en su vivienda con imágenes de grabación.
Tras las investigaciones llevadas a cabo por la Policía Nacional, acudieron a los citados establecimientos de compra de oro y comprobaron las ventas llevadas a cabo por el hombre. Después de mostrarle a sus respectivos propietarios las fotografías de las joyas vendidas, éstos las reconocieron como de su propiedad, "no constando que las joyas hayan podido ser recuperadas al haber sido ya fundidas", por lo que sus propietarios reclaman su importe, a excepción de la tía del procesado.
SALTÓ LA ALARMA
En concreto, en febrero de 2016 de nuevo el acusado, "una vez más haciendo uso de una copia de las llaves previamente sustraídas", supuestamente entró en la casa de la prima para tratar de sustraer "cuantas joyas encontrase en su interior" y presuntamente sustrajo 550 euros que encontró en un sobre que había en uno de los cajones de la cómoda del salón.
Sin embargo, en ese instante saltó la alarma de la vivienda, por lo que desde la central de la compañía instaladora avisaron al esposo de la prima, que se encontraba trabajando en su restaurante, de forma que rápidamente se dirigió hacia su vivienda y vio como el procesado salía del portal del bloque de pisos donde está el inmueble.
Tras el pertinente visionado de las imágenes, se comprobó que el acusado se encontraba en el interior de la vivienda en el momento en el que saltó la alarma.
Según informe médico forense de septiembre de 2016, el varón se encuentra "en tratamiento por un cuadro de dependencia crónica a la cocaína, de años de evolución", así como un programa de tratamiento en un centro acreditado y "en el momento en el que se hace la exploración no se objetivan alteraciones de sus capacidades intelectivas, ni volitivas, así como de juicio y raciocinio".