Actualizado: lunes, 15 mayo 2017 15:11

CÓRDOBA 15 May. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía ha pedido una pena de cinco años y seis meses de cárcel y una orden de alejamiento de diez años para un joven de 21 años por la supuesta comisión de un delito de abusos sexuales sobre una niña de 12 años en la localidad cordobesa de Priego de Córdoba. El juicio se prevé celebrar el día 31 de mayo en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba.

Según recoge la calificación del Ministerio Público, a la que ha tenido acceso Europa Press, los hechos ocurrieron en marzo de 2015 cuando la niña fue sola al domicilio del procesado "con la intención o excusa de invitar a su cumpleaños" a sus amigos, que son hermanos del acusado.

En este sentido, el varón, que se encontraba solo en la casa, abrió la puerta a la menor y ambos se dirigieron al dormitorio del joven, donde tenía puesta música bastante alta y que gustó a la menor. Así, ambos empezaron a bailar y supuestamente mantuvieron relaciones sexuales.

Días después, la niña, que ya había cumplido 13 años, hablaba a través del ordenador con una prima y el acusado, a quien le mostró su "preocupación" por el hecho de que "llevaba un par de días de retraso y no le venía la regla tras las relaciones que mantuvieron", según explica el fiscal.

Al respecto, la madre de la menor entró en la habitación y "leyó la conversación", momento en el que "enfurecida y guiada por el ánimo de atentar contra la integridad física de su hija, comenzó a agredirla por todo el cuerpo con un látigo, al tiempo que la insultaba", según detalla el Ministerio Público, que añade que "a la agresión se unieron sus dos hermanos" de 19 y 20 años en ese momento. Estos hechos dieron lugar a la tramitación de otro procedimiento.

Ya de madrugada, la niña, acompañada por su madre y hermanos, se dirigió a la Policía Local para denunciar al procesado "por miedo de la madre de que pudiese estar embarazada y no saber si las relaciones que su hija mantuvo habían sido o no consentidas". A continuación, la niña acudió a un centro de salud donde se comprobó que no estaba embarazada.

Tras ello, en abril de 2015, la menor negó en sede judicial haber tenido relaciones sexuales con el acusado y dijo que lo que había hablado con el joven a través del ordenador era fruto de su "imaginación", porque le "gustaba" el acusado. Si bien, dos meses después, la niña manifestó en la sede judicial que el acusado la "forzó a mantener relaciones sexuales".

TESTIMONIO "INDETERMINADO"

De este modo, en junio de 2015 se acordó imponer al joven una orden de alejamiento como medida cautelar, que aún permanece en vigor. Según un informe de una perito de la Asociación Andaluza para la Defensa de la Infancia y la Prevención del Maltrato Infantil (Adima), "el testimonio de la menor en relación con la supuesta victimización sexual que verbaliza puede ser catalogado como 'indeterminado'", de cara a "la valoración de la credibilidad de la declaración".

Según el informe médico forense, "el estado psíquico de la menor está dentro de los límites de la normalidad y en el momento actual no presenta indicios de afectación psíquica que requiera tratamiento y seguimiento psiquiátrico".

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