GRANADA 24 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía pide ocho años de prisión para un hombre de 51 años acusado de tratar de matar a otro en la plaza de la Romanilla, en el centro de Granada, al que se acercó y le propinó un fuerte golpe en el rostro con un casco que portaba, para luego apuñalarlo con una navaja de grandes dimensiones.
En el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, también se pide un año de prisión al hijo del principal acusado por supuesta amenazas ya que, cuando el agredido, de 44 años, estaba siendo atendido en la vía pública, le dijo supuestamente "hoy te has escapado pero mañana cuando te pillemos te vamos a matar".
Los hechos se remontan al 2 de agosto de 2015 cuando, sobre las 22,30 horas, el principal acusado abordó a su supuesta víctima "guiado por un manifiesto y evidente propósito de atentar contra la integridad física y la vida" del mismo. Con el caso que portaba le asestó un fuerte golpe a la altura de la mandíbula, y luego utilizó la navaja de gran tamaño que también llevaba para darle una puñalada "en la parte izquierda del cuello".
No consiguió su "propósito", ha especificado el fiscal, que ha agregado que este acusado de homicidio en grado de tentativa huyó tras zafarse el otro de él. Posteriormente, su hijo, de 29 años, profirió las supuestas amenazas "movido por un evidente y palmario propósito de amedrentarlo".
Días más tarde, el 9 de agosto, sobre las 18,30 horas, ambos acusados se encontraban en el rellano del cajero de una entidad bancaria de Gran Vía de Colón, también en el centro de Granada capital, y fueron detenidos por la Policía Nacional, tras dar aviso el hombre al que habrían agredido al verlos allí.
Este hombre requirió de tratamiento médico-quirúrgico con placa de cuatro tornillos en mandíbula y farmacoterapia. Las referidas lesiones son consideradas como de "pronóstico grave, si bien no afectan a zonas vitales por lo que no supusieron un riesgo para la vida del perjudicado, no obstante su ubicación anatómica".
Los acusados tienen impuesta una prohibición cautelar de acercarse al perjudicado a menos de cien metros, así como a comunicarse con él por cualquier medio. El fiscal interesa, además de las penas de prisión, que la prohibición de aproximación se aumente a una distancia no inferior a 300 metros, y que tanto ésta como la de comunicación le sean impuestas por un total de doce años, en el caso del principal acusado, y de dos en el de su hijo.
Está previsto que estos hechos sean enjuiciados los próximos 2 y 3 de octubre en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada.