GRANADA 1 May. (EUROPA PRESS) -
Los expertos reunidos en Granada con motivo del II Congreso Iberoamericano sobre el Síndrome de Down pidieron hoy acabar con la sobreprotección tanto familiar como institucional de los jóvenes con este trastorno genético y promover su educación sexual para favorecer su "desarrollo personal".
Durante la conferencia 'La mujer, sexualidad y discapacidad', la psicóloga y sexóloga clínica especializada en personas con discapacidad María Elena Villa incidió en que "las personas con síndrome de Down tienen las mismas necesidades que las demás personas y el derecho a vivir su sexualidad". "Solemos asociar la sexualidad con la reproducción y no necesariamente tiene que ir ligada a ella, sino que va más a allá de eso", dijo.
"El problema es que existe una falta de información en este sentido. La sexualidad es la misma para todos, al mismo tiempo que el hecho de tener una pareja", mantuvo la experta, quien comentó además que "si no ejercemos nuestros derechos, no nos podemos desarrollar plenamente como personas".
En cuanto al apoyo de las familias y de las instituciones, afirmó que deben tener la capacidad y estar formados en materia de sexualidad, ya que según ella, "si no conocemos las necesidades de este colectivo, no podemos ayudarles". "Todos tenemos derecho a tener una familia y en lo que respecta a la sexualidad y a la afectividad, los jóvenes nos están pidiendo ayuda y consejo. Nuestra función es escucharles y comprender sus necesidades y poderles informar. Todas las personas tenemos derecho a vivir, a sentir y a disfrutar nuestra sexualidad, pero al mismo tiempo todos tenemos que ser responsables en este sentido", añadió.
La psicóloga y sexóloga clínica Ana Navarro aseguró por su parte que ahora mismo "nos encontramos en el camino de la reeducación" y en lo que respecta al tema de la sexualidad en las mujeres con discapacidad, "no hay normas", pero, para ella, "sí que hay mitos y prejuicios muy extendidos que impiden su desarrollo, en este sentido".
PARA UNA VIDA AUTÓNOMA
También señaló que las personas con síndrome de Down "sufren mayor sobreprotección en el ámbito familiar e institucional" y que esta dependencia "les imposibilita para tener una independencia económica". En este sentido, "la baja autoestima y esta devaluación social impide su desarrollo para una vida autónoma e independiente, por lo que es importante favorecer su desarrollo personal poniendo las medidas adecuadas".
Asimismo, destacó el colectivo de las redes de amistad como un gran apoyo para la evolución personal de las personas con discapacidad, por lo que, en su opinión, "las familias deben promover estas relaciones de amistad".
"La intervención en materia de relaciones sexuales tiene que tener en cuenta al colectivo de las personas con síndrome de Down. A las personas con discapacidad siempre se les ha considerado como niños eternos, por eso no se asimila su sexualidad", manifestó.
Tres jóvenes con síndrome de Down explicaron hoy en una mesa redonda qué opinan sobre sus derechos en cuanto a materia de sexualidad, afectividad y relación de pareja. Así, Diego González reivindicó que "a las personas con síndrome de Down no nos dejan, a veces, ejercer nuestros derechos y estamos capacitados para tenerlos, somos responsables".
Susana Polo, quien está alojada en una vivienda compartida del Proyecto Amigo, coincidió con Diego al decir que "todos tenemos los mismos derechos y sentimientos y la misma responsabilidad ante todo", pero, al mismo tiempo, mantuvo que "si las personas no nos respetan en este sentido, nosotros no nos podemos desarrollar y ejercer nuestros derechos".
Por último, Ester Nadal dijo que, en ocasiones, "las familias no nos pueden dar todas las respuestas que necesitamos, y los profesionales sí". Por ello, indicó que "necesitamos conocer cómo encontrar una pareja, cómo desarrollarnos sexualmente para que finalmente la sociedad acepte y respete que una persona con discapacidad tenga una pareja".
El Congreso cuento con la participación de más de 100 voluntarios, más de 400 jóvenes con discapacidad intelectual, casi 300 profesionales, con una representación de más de 17 países iberoamericanos: Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay, Venezuela; además de Portugal y España.