GRANADA 16 May. (EUROPA PRESS) -
Varios agentes de la Policía Local de Granada han resultado heridos tras ser recibidos a pedradas en la tarde del lunes durante una intervención en la zona Norte de la ciudad tras una persecución "a toda velocidad" a un vehículo que desprendía un fuerte olor a marihuana y cuyo conductor carecía de carné de conducir.
Según indica en una nota la Policía Local, los hechos se produjeron a las 20,00 horas en la calle calle Henríquez de Jorquera, donde los agentes observaron a un conductor que al percatarse de su presencia aceleró su marcha alcanzando gran velocidad.
Tras poner en funcionamiento los rotativos luminosos en el vehículo policial, se inició una persecución por las calles adyacentes, haciendo este individuo, de 22 años, "caso omiso a todas las señales de tráfico y poniendo en peligro a otros usuarios de la vía". A la vez que esto ocurría, el joven gritaba pidiendo "ayuda" a los vecinos.
La persecución finalizó en la calle José María Buguella de Toro, donde al comenzar una zona peatonal el joven prosiguió la huida a pie hasta la calle José María Miranda Serrano, donde fue alcanzado por los agentes.
Tras un primer forcejeo, comenzaron a aglutinarse a su alrededor los vecinos de la zona sujetando y desplazando a uno de los agentes hacia el interior de un portal para facilitar la huida del individuo.
Tras la llegada de varias unidades de apoyo, los agentes lograron detenerle "entre una lluvia de piedras lanzadas por la multitud contra los funcionarios", que sufrieron diversas contusiones en varias partes del cuerpo, así como daños en el uniforme reglamentario como consecuencia de la agresión.
Una vez que se consiguió disolver a parte de las personas allí congregadas, el detenido fue introducido en el vehículo policial para su traslado a Comisaría a pesar de los intentos de los vecinos por evitarlo. En ese momento se intensificó el lanzamiento de piedras y botellas contra los coches policiales.
El joven detenido es un vecino de Granada que carece del permiso de conducir y que al ser sacado del vehículo gritó a la gente que allí había que sacaran lo que había en el interior del mismo.
El vehículo fue retirado con la grúa municipal y depositado en dependencias policiales, aunque antes fue necesario disolver a los vecinos que querían impedirlo.
En la inspección ocular los agentes comprobaron que el coche desprendía un fuerte olor a marihuana, si bien en su interior no había rastro de esa sustancia.