SEVILLA 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
El 22 por ciento de los muertos en accidentes en Andalucía se salvaría si usaran tecnología avanzada en los coches, es decir, esta tecnología salvaría la vida de 64 personas todos los años en esta comunidad, según un estudio realizado por la Fundación Línea Directa.
Así señala que un "abrumador" 85 por ciento de los conductores andaluces no conoce las siglas AEB, LKA, BSM o DDD y tampoco sabe que todas ellas hacen referencia a diferentes sistemas de seguridad preventiva que ayudan a la conducción, aunque "esta tecnología pueda salvarle la vida".
Según ha informado la Fundación Línea Directa en un comunicado, se trata de tecnologías aplicadas a la seguridad vial que incorporan los coches actuales y que se caracterizan por su carácter preventivo, de esta forma, los sistemas trabajan en paralelo para "tomar conciencia del entorno" y actuar de manera autónoma, tratando de anticiparse al accidente.
Con el objetivo de acabar con el desconocimiento existente sobre estos sistemas, concienciar sobre su importancia, conocer cuáles son los más eficaces y demostrar los beneficios que reportaría su uso generalizado, la Fundación Línea Directa ha presentado este miércoles en Madrid el estudio 'Los sistemas tecnológicos avanzados para la prevención de accidentes de tráfico', realizado en colaboración con el Centro Zaragoza, instituto de investigación de referencia en la reparación de vehículos.
De esta manera, el informe analiza los 83.115 accidentes con víctimas --heridos leves, graves y fallecidos-- registrados en 2012, y se centra en los cuatro sistemas de conducción preventiva más eficaces en la reducción de la siniestralidad según los test de EuroNCAP.
LOS CUATRO SISTEMAS MÁS EFICACES
Según la DGT, el 40 por ciento de los accidentes se deben a distracciones por lo que el sistema AEB (Autonomous Emergency Braking) realiza una frenada de emergencia cuando detecta una colisión inminente, y aplica los frenos de forma totalmente autónoma ante el riesgo de colisión, utilizando la máxima capacidad de frenado del coche o sólo una parte.
Este sistema es el más eficaz de todos los analizados, ya que podría reducir los accidentes con víctimas un 19 por ciento (casi 15.900) y evitar el fallecimiento de más de 200 personas cada año.
Respecto a los heridos, este sistema es capaz de reducir los heridos graves en más de 1.300 personas (13%) y los heridos leves en casi 22.500 (21%).
Por otro lado, LKA (Lane Keeping Assistant) reconoce las líneas del carril por el que circula el coche y en caso de que la trayectoria se desvíe y pise alguna línea sin accionar el intermitente, avisa mediante vibración en el volante y con un mensaje en el cuadro de mando.
Tras esta alerta, si el conductor no ha corregido la trayectoria o ha quitado las manos del volante --por un desmayo, por ejemplo--, el coche corrige la dirección mediante un pequeño giro en el volante de forma automática.
Esta tecnología podría reducir los muertos en un seis por ciento, lo que significa que cada año habría 110 personas que salvarían la vida gracias a su eficacia.
Además, el número de accidentes con víctimas se reduciría en un tres por ciento (2.300 menos cada año), lo que en términos de heridos graves y leves supondría que 440 y 2.500 personas, respectivamente, no sufrirían ningún tipo de consecuencia por el accidente.
También existe el DDD (Driver Drowsiness Detection) que es el tercer sistema en cuanto a eficacia, sobre todo en aquellos accidentes relacionados con la fatiga o la somnolencia, y su implantación podría reducir los muertos un cinco por ciento (90 personas) y los accidentes con víctimas un tres por ciento (2.240).
El sistema funciona de forma sencilla ya que analiza el nivel de atención del conductor y le avisa si detecta cansancio mediante señales acústicas y visuales, y aunque su implantación vaya en progreso, se encuentra disponible ya en un 23 por ciento de los coches vendidos en el último año.
Finalmente, el sistema BSM (Blind Spot Monitoring) informa de la presencia de vehículos en las zonas que quedan fuera del alcance visual de los espejos retrovisores, por detrás y en el lateral del coche, y resulta especialmente útil para los adelantamientos, sobre todo en aquellos que se producen en carreteras convencionales, donde el riesgo de fallecer aumenta respecto a otras vías.
Esta tecnología podría reducir un tres por ciento los accidentes con víctimas (casi 2.500), y evitaría 16 personas fallecidas en carretera, 170 heridos graves y más de 3.000 heridos leves, además su disponibilidad en el mercado alcanzaba ya al 29 por ciento de los coches vendidos en 2013.
LA SEGURIDAD SIGUE SIN SER UNA PRIORIDAD
El precio y un menor consumo de combustible priman más que la seguridad a la hora de comprar un coche a nivel nacional, mientras que en Andalucía prima antes un bajo consumo, según este informe.
A pesar de ello, uno de cada cuatro españoles estaría dispuesto a pagar más de mil euros por incorporar en su coche esta tecnología y tan sólo un 20 por ciento piensa que estos sistemas sólo sirven para encarecer el precio final.