SEVILLA 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
Asaja en Sevilla ha lamentado este viernes que el pleno del Parlamento Europeo (PE) haya desautorizado a la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo (Comagri) y se haya posicionado a favor de la prohibición del uso de fitosanitarios en las Superficies de Interés Ecológico (SIE) sin evidencias científicas.
En una nota, la organización agraria ha recordado que la nueva Política Agrícola Común (PAC) denomina 'Superficies de Interés Ecológico' a aquellas superficies de cultivo que se encuentran en barbecho o están sembradas con cultivos fijadores de nitrógeno (leguminosas) y nada tienen que ver con los cultivos ecológicos.
Con la decisión adoptada por el pleno se ratifica la propuesta de la Comisión Europea sobre la simplificación del 'Greening' que pretende prohibir el uso de pesticidas en las denominadas Superficies de Interés Ecológico. Asaja ha lamentado "profundamente" esta decisión que, a su juicio, no supondrá, como apunta la Comisión, simplificación real alguna, sino todo lo contrario.
"La limitación de uso de estos productos de protección implicará una dificultad añadida para los productores que quieran disponer de las SIE productivas, incluido los barbechos, y de plantaciones libres de malas hierbas, hongos, parásitos, plagas, etc", ha advertido.
Esta decisión, tomada tanto por el PE como por la CE, pone de manifiesto que "los dos órganos europeos han tenido más en cuenta las presiones ecologistas ante las críticas vertidas desde el nacimiento del 'Greening' que los criterios y evidencias científicas".
La organización agraria ha considerado que "ambas instituciones han olvidado e ignorado" la contribución positiva que hace el uso responsable de fitosanitarios y productos para la protección de plantas y cultivos, incluyendo la agricultura de conservación, activo importante en la lucha contra la erosión del suelo.
Como conclusión, Asaja cree que esta prohibición de uso de productos fitosanitarios en las SIE, "sin evidencias científicas que la avalen", tendrá unos aspectos negativos para los más de 22 millones de agricultores europeos, puesto que "atentará contra la viabilidad económica de las explotaciones, agravará la deficiencia que sufre la UE en la producción de proteínas y, por último, actuará en contra de la agricultura de conservación".