SEVILLA 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los dos agentes de la Unidad de Asuntos Internos que investigaron el robo de 154 kilogramos de cocaína y heroína de los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de Sevilla han negado que presionaran o amenazaran a los acusados para que reconocieran su culpabilidad, en una sesión del juicio en la que han asegurado que, una vez comenzó la investigación, "no hubo más sospechoso" que el exagente de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) Lars S.M..
En la cuarta sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Sevilla, los dos responsables de la investigación han negado que le dijeran al expolicía imputado que "si no se declaraba culpable detendrían a su mujer --también acusada en este proceso--, le quitarían a sus hijas y se la darían a la Junta de Andalucía", insistiendo en que nunca "forzaron o dirigieron sus declaraciones en un sentido determinado" ni tampoco les "prometieron" nada a cambio de que reconocieran el robo.
Los dos agentes han dicho que la investigación sobre el robo de la droga, que procedía de siete alijos distintos, la iniciaron en junio de 2008 y la plantearon como un robo y posterior tráfico de droga, de manera que "tenía que haber alguien dentro facilitando información y el acceso", por lo que manejaron como "hipótesis" la participación de "al menos un miembro de la Policía Nacional destinado en la Udyco", y una segunda persona dedicada a "distribuir la droga en el mercado" y que tuviera "vínculos" con el mundo del narcotráfico, identificando en este sentido a Manuel A..
En este sentido, los policías de Asuntos Internos han aseverado que, aunque "al principio" todos los agentes que tenían acceso a los calabozos donde se almacenaba la roba drogada "eran sospechosos", una vez iniciaron la investigación "no hubo más sospechoso" que el expolicía de la Udyco, más aún tras conocer que Guardia Civil y Vigilancia Aduanera estaban investigando a Lars después de que lo hubieran visto en un barco en compañía de traficantes de droga.
"SOSPECHAS"
"Había sospechas" de que Lars y su presunto cómplice "se habían llevado la droga y la habían vendido", han afirmado categóricamente los dos agentes, que han señalado que, una vez el robo de la droga saltó a la prensa, la relación entre ambos acusados se tornó en "inexistente" y no mantuvieron contacto telefónico alguno.
De igual modo, han explicado que para acceder a los calabozos donde se guardaba la droga incautada por la Udyco en distintas operaciones eran necesarias tres llaves, y que únicamente existía un juego completo con estas tres llaves --a pesar de que en el juicio se ha advertido de la existencia de al menos cuatro juegos de llaves--, subrayando que el robo tuvo que ser cometido "por alguien que conociera las dependencias" y que en dicho calabozo se almacenaban los estupefacientes.
Los dos agentes de la Unidad de Asuntos Internos han explicado que, en el marco de la investigación, intentaron localizar el paradero de la droga sustraída, pero finalmente fue imposible, pues "lo lógico es que la droga ya estuviera colocada y vendida".
DIFIEREN EN LA FECHA DEL ROBO DE LA DROGA
Asimismo, no han coincidido en la fecha en la que pudo tener lugar la sustracción de los 154 kilogramos de droga, pues mientras uno de los agentes ha dicho que fue entre 2007 y 2008, el otro ha asegurado que se produjo entre los años 2004 y 2009.
Los dos agentes, asimismo, investigaron el patrimonio de los cuatro acusados, concluyendo que Lars y su mujer, María Teresa M., presentaban un nivel de vida "alto" a pesar de que el exagente se encontraba en excedencia, mientras que Manuel A. y su pareja, María Violeta S., "disponían de bienes y muchos gastos" pese a que no tenían ingresos declarados.