Tan sólo se declara probado uno de los dos delitos de amenazas continuadas que pesaba en su contra
SEVILLA, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla ha condenado a un año y medio de cárcel por un único delito continuado de amenazas, a la persona juzgada el pasado 3 de noviembre por presuntos delitos de maltrato, amenazas continuadas sobre su expareja sentimental e incendio, por los cuales la Fiscalía reclamaba un total de 20 años de cárcel para esta persona.
En la sentencia, emitida el pasado 31 de enero, facilitada por la Oficina de Comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y recogida por Europa Press, se declara probado que José Manuel M.E., "también conocido como Rosaura", residía en una vivienda del barrio hispalense de San Jerónimo "frente al inmueble habitado por Francisco Javier Z.C., con el que mantenía una relación de amistad desde hacía unos tres años".
"Por motivos que no constan determinados, entre ellos, porque el acusado se encontraba en tratamiento hormonal para cambio de genero que le producía una alteración de ánimo y carácter, de manera reiterada, entre el 7 de junio y el 21 de agosto de 2018, se dirigió a Francisco Javier, enviandole mensajes de texto y voz a través de la aplicación WhatsApp de contenido conminatorio y perturbador que causaron en la víctima una fuerte sensación de miedo y desasosiego, siendo el primero enviado a la hermana de Francisco Javier, María Luisa Z.C., a la que solo conocía de vista y a la que también se dirigía con expresiones amedrentadoras".
"Dile a tu querido hermano de mi parte que donde le pille la cabeza le va a dar dos vueltas en el hombro", "lo entenderás cuando descoyunte o decapite a tu hermano", cita la sentencia respecto al contenido de tales mensajes.
LOS MENSAJES
El 17 de agosto de 2018, según se declara probado, José Manuel escribió a Francisco Javier el siguiente mensaje: "Lo voy a hacer a mi manera, a lo loco, a lo salvaje, a lo bestia, y ya está. Voy a cumplir lo que digo, machota en mano, gasolina en botella, mechero en mano y se acabó (...) Me voy a cobrar todos tus errores cometidos, me voy a cobrar en la situación en que me encuentro, y me voy a cobrar tu vida (...) Si viene tu hermano, adviértele que no venga, porque puede salir ardiendo junto contigo. Puta, a ver si te mueves de una puta vez, cabrón de mierda. (...) Hoy sí que si va a arder Troya. Así que avisa a tu hermano que no aparezca, porque puedes salir ardiendo tú junto con tu hermano y la casa. Si es verdad que hoy quiero sangre, oler sangre, así que ya está, quiero ver la sangre que voy a cumplir, ahora sí que sí. (...) Aquí hay familias en el bloque, todas ellas van a ver como sacan tu cuerpo sin vida y lo montan en un fúnebre".
Ya el 21 de agosto, según se declara probado, José Manuel envió a Francisco Javier otro mensaje con el siguiente contenido: "Aquí estoy, con ganas de liarla, de coger una machota y volverme loca, con tu casa, con la mía y con todo lo que pille por delante. Sí, más te vale porque vas a parecer una antorcha, como te prenda fuego".
"Sobre las 15,30 horas del día 21 de agosto de 2018, Francisco Javier regresó a su domicilio y se le cayó por la escalera un saco con arena y cemento que llevaba, por lo que varias vecinas, al oír el ruido, salieron al descansillo de la escalera y al ver lo que había pasado le recriminaron tal acción y le dijeron que tenia que recoger la arena, volviendo seguidamente a sus viviendas, desde donde escucharon a los diez minutos, aproximadamente, a Francisco Javier gritar 'fuego, fuego', estando el piso donde él vivía ardiendo, habiéndose detectado tres focos de ignición, uno en un colchón que estaba detrás de la puerta, otro en el colchón de la cama y un tercero en ropa que estaba amontonada sobre un mueble a la que se le había arrojado, previamente, gasolina", se declara probado en la sentencia, que no considera acreditado que el incendio lo provocase José Manuel M.E.
LAS HERIDAS PREVIAS
La sentencia también indica que "en hora indeterminada del 6 de agosto de 2018, Francisco Javier sufrió un traumatismo cráneo encefálico con pérdida de conciencia moderada", manifestando "inicialmente que se había causado las heridas al caer por la escalera", si bien el 22 de agosto "denunció que se las había provocado el acusado golpeándole con un tubo en la cabeza, desconociéndose cómo se produjeron los hechos realmente".
Dado el caso, el tribunal condena a José Manuel M.E. a un año y medio de cárcel por un delito continuado de amenazas, imponiéndole la prohibición de acercarse a Francisco Javier Z.C. o comunicarse con él durante cuatro años. Le absuelve, por contra, del delito de maltrato en el ámbito familiar e incendio y del otro delito continuado de amenazas que pesaban sobre él.