Actualizado: domingo, 8 octubre 2017 10:34

SEVILLA 8 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a un año de cárcel a un joven por atropellar de gravedad a una mujer en un paso de peatones de Morón de la Frontera y darse a la fuga sin socorrerla pese a los "gritos de auxilio" de la víctima, según la sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press.

El acusado, identificado como A.S.S. y de 28 años de edad, iba a ser enjuiciado por un jurado popular, pero finalmente dicha vista oral no se celebrará después de que haya llegado a un acuerdo con la Fiscalía y la acusación particular y haya aceptado una condena de un año de prisión por un delito de omisión del deber de socorro.

De este modo, la Audiencia considera probado en esta sentencia facilitada por el TSJA que los hechos tuvieron lugar entre las 20,00 y las 21,00 horas del día 4 de septiembre de 2014, cuando el acusado circulaba por Morón a bordo de un vehículo y, en un momento dado, llegó a un paso de peatones que se encontraba "debidamente señalizado" mediante señal vertical y marcas viales.

El acusado, según el fallo, atropelló a una mujer que se encontraba cruzando la vía por el citado paso de peatones, contra la que impactó a la altura de la cadera, lo que provocó que la víctima cayera al suelo, "pasando la rueda delantera sobre su pierna izquierda".

Una vez el acusado atropelló a la víctima, "no detuvo el vehículo para comprobar" el estado en el que se encontraba, "huyendo del lugar acelerando el vehículo, haciendo caso omiso a los gritos de auxilio de la víctima y a las señales que los testigos realizaban al encausado para que detuviera la marcha".

A consecuencia del impacto con el coche, la mujer sufrió varias fracturas, "con retardo en la consolidación ósea y dolor neuropático y síndrome ansioso-depresivo reactivo", tardando las lesiones en sanar 428 días, de los cuales 20 fueron de ingreso hospitalario y 408 impeditivos para sus ocupaciones habituales.

SECUELAS

Así, la víctima fue intervenida quirúrgicamente el 15 de septiembre de 2014, quedándole como secuelas limitaciones en la articulación del tobillo, dolor crónico postraumático de tipo neuropático "que se agrava con el simple roce", o síndrome ansioso-depresivo reactivo que requiere medicación antidepresiva y ansiolítica en la actualidad.

La Audiencia asevera que dicho cuadro de secuelas "le impide totalmente para la realización de actividades laborales que venía realizando", siendo beneficiaria de una situación de invalidez permanente total para la profesión habitual.

La víctima ha sido indemnizada por la compañía de seguros del vehículo "a su entera satisfacción", renunciando a las acciones civiles que le pudieran corresponder tras el cobro de la indemnización.

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