SEVILLA 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
Endesa ha apuntado a un 47% menos de incidencias en las Tres Mil Viviendas de Sevilla tras la operación Vulcano llevada a cabo por la Policía Nacional contra las plantaciones de marihuana, y cuyo efecto en las redes de distribución eléctrica ha sido "inmediato". Concretamente, se ha registrado un descenso en la carga de los centros de transformación de un 40% en algunos casos, y gracias a ese descenso, las incidencias han disminuido ahora hasta un 47% en los seis centros de transformación más afectados por sobrecarga de la red.
Así lo ha manifestado la compañía en una nota de prensa, en la que ha explicado que en las barriadas de Murillo, Las Letanías y Martínez Montañés se encuentran seis de los centros de transformación afectados por la sobrecarga "excesiva" de la red derivada de las plantaciones de marihuana. Estas instalaciones sufren continuamente las consecuencias del "fraude masivo, hasta tal nivel que este verano en tan solo 15 días salieron calcinados dos de ellos", el de Mago de Oz que ya en el mes de mayo se vio afectado por la sobrecarga masiva y el de Martínez Montañés.
Las plantaciones de marihuana demandan una energía muy superior a la de un consumo normal de una vivienda, ya que una plantación indoor en un piso de 80 metros cuadrados puede llegar a consumir como un bloque de 80 viviendas. Además, la demanda energética se requiere las 24 horas los 365 días del año, para lo que se llegan incluso a manipular los centros de transformación, con el consiguiente riesgo para las personas y los técnicos que tienen que acudir a sustituir los elementos dañados por la sobrecarga.
Estos seis centros de transformación analizados cinco días antes de la intervención policial y cinco días después, han visto como se han reducido en un 47% las incidencias que en un 90% eran provocadas por fusibles fundidos. Este efecto deriva del descenso de carga registrado por ejemplo en uno de esos centros de transformación donde se redujo en los días siguientes hasta en un 40%, apunta Endesa.
Es por ello que, según argumenta la compañía eléctrica, la causa y el efecto de la marihuana en las redes de distribución está intrínsicamente ligado y afecta no sólo a la compañía y a sus trabajadores, sino también y sobre todo a los clientes que tienen contrato de suministro en vigor. Estos se encuentran con problemas en el suministro no causados por falta de energía, sino por "exceso de demanda energética fraudulenta, y con instalaciones manipuladas" que pueden suponer un peligro para la seguridad de las personas.
Los enganches ilegales que se han registrado en estos barrios de Sevilla se llevan a cabo con materiales no adecuados y sin cumplir ningún tipo de norma de seguridad. Las viviendas que se encuentran enganchadas ilegalmente carecen de los sistemas de protección básicos que toda vivienda debe tener. Además, en las zonas donde se registran enganches ilegales masivos la única protección que funcionaría es la de las redes de Endesa, que también son boicoteadas, eliminando así la seguridad para las personas y el entorno.
Por último, añaden que a esto hay que sumar la integridad de los operarios de Endesa que no pueden ir libremente a hacer su trabajo ordinario, pues reciben amenazas y coacciones de los que intentan impedir que se corten los enganches ilegales. Por ello, las reparaciones en la red de distribución se tienen que hacer bajo el auxilio de la Policía Nacional o Policía Local. Asimismo, los técnicos de Endesa tienen que acudir con el rostro tapado, por indicación expresa de los agentes de la autoridad, para que no se les reconozcan en las intervenciones conjuntas de corte de suministros fraudulentos.