SEVILLA 2 Mar. (EUROPA PRESS) -
El profesor de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla Manuel Ricardo Torres Soriano ha asegurado que los yihadistas siguen teniendo la determinación de atentar en España, puesto que no hemos dejado de ser un objetivo terrorista desde antes del 11 de septiembre de 2001.
"No hay que olvidar que si no se ha producido un atentado en España desde 2004 se debe, en gran parte, a la eficacia de las fuerzas policiales que han desbaratado muchos de estos complots, al tiempo que han realizado una labor preventiva que ha evitado que algunos de estos individuos avancen en su proceso de radicalización violenta", ha dicho con motivo de la celebración del curso 'Análisis del terrorismo yihadista, insurgencias y movimientos radicales, VII Edición', organizado por la Olavide a través de la Fundación UPO y que el profesor dirige.
El presente título, que se realiza en modalidad 'online', enlaza con una oferta formativa ya consolidada: el Curso Internacional de Terrorismo Yihadista, que se celebra cada verano en la sede Olavide en Carmona-Rectora Rosario Valpuesta. Dicho evento ha cosechado una media anual de ochenta alumnos procedentes en su mayoría de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, Fuerzas Armadas y medios de comunicación.
Aunque la labor de las fuerzas policiales es muy importante, el profesor ha recordado que no existe la seguridad total: "a medida que se dificulta la acción terrorista, endureciendo objetivos o limitando el acceso a recursos críticos, los terroristas no cesan de explorar nuevos procedimientos que les permitan evadir la presión que se ejerce sobre ellos. Es inevitable que en algún momento tengan éxito".
En los últimos tiempos y en determinados sectores políticos se ha vinculado la llegada de inmigrantes de países como Siria a un posible aumento de la amenaza terrorista, con el argumento de que se desconoce qué tipo de personas se pueden haber infiltrado en este flujo migratorio. Sin embargo, este especialista sostiene que "el terrorismo victimiza a refugiados en un doble sentido, porque les obliga a salir de su país y, consigan o no infiltrarse en estos flujos, obtienen una victoria, ya que extienden sobre ellos un manto de sospecha, dificultando que puedan rehacer sus vidas y alimentando la polarización entre musulmanes y no musulmanes dentro de Occidente".
A la hora de sumar adeptos a su causa, las redes sociales e Internet son instrumentos utilizados de forma habitual por los radicales, lo que les permite compensar en cierta manera la pérdida de visibilidad que se había producido desde el 11-S en Occidente por la intensa presión policial a la que son sometidos en "el ámbito físico". "A través de Internet y las redes sociales tienen la posibilidad de contactar de forma personalizada y discreta, hechos que ayudan a la radicalización, la gestación de nuevos complots terroristas o desplazarse a escenarios de combate", puntualiza este experto.
Para concluir, Torres Soriano sostiene que el terrorismo se combate desde múltiples dimensiones, como la policial, judicial, diplomática o a través de los medios de comunicación. Sin embargo, en lugares donde el Estado no existe o es muy débil y pueden moverse con impunidad, como Siria, Irak, Libia o Mali, "es necesario hacer uso de la fuerza militar, puesto que son escenarios fértiles para que estos grupos echen raíces, se fortalezcan y planteen una amenaza de mayor entidad, lo que termina teniendo derivaciones en la seguridad del resto del planeta".