Los cuatro acusados piden su absolución porque no se ha demostrado que descolgaran la cadena ni existe ánimo de lucro
SEVILLA, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía de Sevilla ha solicitado este miércoles el pago de una multa de 180 euros para los cuatro jóvenes de nacionalidad belga con edades comprendidas entre los 18 y los 23 años que fueron detenidos en la madrugada del 8 de febrero por sustraer una de las cadenas de 7,5 metros de longitud y gran peso que delimitan el perímetro de la Catedral.
Durante el juicio celebrado en el Juzgado de Instrucción número 15 de Sevilla, el Ministerio Público ha pedido para cada uno de los acusados, identificados como E.J.V.W., M.D., L.W. y B.I., el pago de una multa de seis euros diarios durante un mes a cuenta de un delito leve de hurto en grado de tentativa.
En este sentido, la fiscal ha recordado que la cadena ha sido tasada en 135 euros y ha señalado que la entidad propietaria de la cadena, como es el Arzobispado de Sevilla, no ha reclamado nada ni se ha personado en las actuaciones.
De su lado, los abogados de los detenidos han solicitado su libre absolución argumentando que "no descolgaron ninguna cadena", ya que "se la encontraron en la calle" y lo que hay en la calle "no es de nadie", y que "no ha habido ningún ánimo de lucro", aseverando que, en todo caso, la cadena "no iba a pasar por el aeropuerto". "Son belgas y desconocían si esa cadena podía ser patrimonio histórico o de importancia para esta ciudad", han justificado.
"Existe falta de prueba", han defendido los letrados, quienes, de manera subsidiaria, han pedido a la juez que aplique la atenuante de embriaguez, ya que los cuatro detenidos "no eran conscientes de lo que estaban haciendo".
En el juicio, en el que no han comparecido ninguno de los cuatro detenidos, han prestado declaración los dos policías nacionales que detuvieron a los jóvenes, quienes han relatado que sobre las 5,40 horas se encontraban patrullando por la avenida de la Constitución cuando vieron a un grupo de personas cruzando por la calle Alemanes que les resultaron "sospechosas".
"NO ESTABAN BORRACHOS" Y "SABÍAN LO QUE HACÍAN"
Por este motivo, se dirigieron hacia allí y se encontraron con un taxista que les dijo que había visto sustraer la cadena a los sospechosos, por lo que fueron en busca de ellos y los localizaron a unos 100 metros de donde se había producido el presunto hurto portando la cadena "entrelazada" en sus cuerpos e intentando ocultarse en un portal.
Según han dicho, uno de ellos hablaba español y les dijo que "por qué no podían coger la cadena", añadiendo los policías que no vieron a los detenidos descolgándola.
Cuestionados por si notaron algún síntoma de embriaguez en los jóvenes, uno de los agentes ha dicho que "serenos no estaban, uno estaba gracioso, supongo que habían bebido algo", mientras que el segundo policía ha afirmado que iban bebidos pero "de una cerveza o dos, no de 20, no estaban borrachos y sabían lo que hacían".
En el juicio también ha prestado declaración el taxista que presenció los hechos, quien ha relatado que el día 8 de febrero se encontraba trabajando en la parada de la calle Alemanes cuando sintió "un ruido muy fuerte, como un coche que se había estrellado con algo", tras lo que empezó a escuchar voces de jóvenes "un poco alegres".
"RUIDO MUY FUERTE"
Seguidamente, el taxista ha señalado que vio a los cuatro jóvenes belgas se dirigían en su dirección portando "algo", por lo que "estaba dispuesto a salir pitando", tras lo que pudo ver que lo que llevaban era una cadena, lo que asoció al ruido escuchado de manera previa.
Tras ello, el taxista decidió llamar a la Policía, pero antes de efectuar la llamada vio a una patrulla policial a la que le relató lo sucedido.
Este taxista ha declarado durante el juicio, que ha quedado visto para sentencia, que no vio como los cuatro jóvenes detenidos descolgaban la cadena de las sujeciones de las columnas de la Catedral y que únicamente escuchó "un ruido muy fuerte de hierro".
Los jóvenes carecían de antecedentes policiales previos, mientras que la cadena sustraída fue entregada al Deán de la Catedral de Sevilla para que pudiera ser recolocada en su lugar originario.