Aseguran que la víctima "estaba viva" cuando se "descolgó" por el balcón de su vivienda en Lebrija tratando de huir del acusado
SEVILLA, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los médicos forenses que realizaron la autopsia al cadáver de la hija menor de la cantaora flamenca Juana Vargas, fallecida en diciembre de 2015 en la localidad sevillana de Lebrija a manos presuntamente de su exmarido, han concluido este viernes que fue la víctima quien se "descolgó" por el balcón de la vivienda tratando de huir del acusado y que éste le propinó las puñaladas mortales cuando ella se encontraba ya en el suelo de la calle.
Durante la segunda jornada del juicio con jurado popular que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Sevilla, los forenses han señalado que en la inspección ocular de la vivienda no se hallaron manchas de sangre, por lo que la hipótesis que manejan es que la víctima se "descolgara" por el balcón, cayendo al suelo y siendo entonces apuñalada por el acusado, para quien la Fiscalía solicita 31 años de cárcel en su escrito de acusación, consultado por Europa Press.
"Nuestra impresión es que el apuñalamiento se produjo fuera de la vivienda", han aseverado los forenses, que han indicado asimismo que la víctima "estaba viva" cuando se precipitó desde el balcón y cayó desde una altura aproximada de tres metros al suelo, donde recibió las puñaladas mortales, localizadas en ambos lados del cuello, además de 17 heridas por arma blanca en la cabeza y otras diez en la cara.
EL ACUSADO, "ENCIMA" DE LA VÍCTIMA
De este modo, los forenses han iniciado su comparecencia relatando que la víctima presentaba distintos tipos de lesiones, en primer lugar una serie de lesiones producidas por arma blanca a consecuencia de la "agresión" del acusado y que se localizan en cabeza, cuello, abdomen, y nalga, y otras heridas de defensa que están localizadas en las manos.
Asimismo, el cadáver presentaba una serie de lesiones contusas producidas por la caída al suelo desde el balcón de la vivienda o bien por los golpes recibidos durante el "forcejeo" con el agresor, que se enfrenta a penas de entre 31 y 33 años de cárcel por delitos de asesinato, maltrato habitual, allanamiento de morada y quebrantamiento de medida cautelar, puesto que pesaba sobre él una orden de alejamiento respecto a su exmujer.
Respecto a las lesiones por arma blanca, han opinado que "probablemente" se produjeron estando el acusado "encima" de la víctima y ésta en el suelo de la calle, fuera de la vivienda, donde "no está quieta e intenta defenderse de los golpes múltiples y reiterados" que le propina el acusado.
"SE AHOGÓ EN SU PROPIA SANGRE"
Los dos médicos forenses han explicado que han llegado a la conclusión de que el apuñalamiento mortal se produjo fuera del domicilio porque no se hallaron restos de sangre ni en la vivienda, ni tampoco en el suelo del balcón, ni en las suelas de los zapatos de la fallecida, que "estaban limpias".
A su juicio, la muerte se produjo por "un mecanismo mixto", como fue una hemorragia "rápida" debido a las puñaladas recibidas fundamentalmente en el cuello, las cuales penetraron en la laringe haciendo que la sangre entrada en las vías respiratorias, de forma que "se ahogó en su propia sangre".
En la jornada de este viernes también ha declarado un médico forense que examinó al acusado tras ocurrir el crimen, quien ha asegurado que presentaba una fractura en el brazo derecho y varios cortes en la palma de la mano, aunque "no tenía heridas punzantes, sino incisas y erosiones".
Asimismo, han declarado un policía local, un guardia civil y dos trabajadores del bar que regentaba la víctima en El Cuervo, uno de los cuales ha asegurado que la fallecida le contó que "tenía miedo" del acusado.
El encausado, cabe recordarlo, aseguró en su declaración en el juicio que las lesiones se produjeron durante un "forcejeo" entre ambos y que fue ella quien se lanzó por el balcón. "Yo eso no se lo he hecho a mi mujer, no es cierto que la acuchillara", apostilló.