SEVILLA, 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
Gilena, un pueblo de 38.000 habitantes de la Sierra Sur sevillana, ha sido el lugar elegido para llevar a cabo la primera experiencia en España que pretende combinar la construcción de espacios urbanos saludables, con el tratamiento de patologías derivadas de enfermedades como el Covid-19, cardiorrespiratorias y trastornos de índole social y
psicológica.
El proyecto, bajo el título de 'El Bosque del Amor', es pionero en salud ambiental y ha sido presentado este martes en la Casa de la Provincia de la Diputación de Sevilla por el alcalde de la localidad, José Manuel Ruiz, junto al diputado de Cultura y Ciudadanía, Alejandro Moyano, informa el organismo provincial en un comunicado.
Esta iniciativa atiende a las recomendaciones de OMS (Organización Mundial de la Salud) y da un primer paso hacia la medicina ambiental, la biodiversidad y la mejora de la resiliencia social. Así, un total de 38.000 m2 de una primera fase de un bosque plantado con árboles de la especie 'Cercis Siliquastrum', más conocida como el 'árbol del amor', que da nombre a este rincón saludable, y que será inaugurado el día 14 de marzo, coincidiendo con el primer aniversario de la pandemia.
Según Rafael Borrego y Antonio Borrego, creadores del proyecto, "la intención no es convertir este recinto natural en un lugar de abatimiento o tristeza, sino más bien en un icono de esperanza hacia un futuro mejor y por supuesto, libre de coronavirus".
Una idea que ha destacado el alcalde de Gilena, que junto a su equipo de gobierno ha facilitado el acuerdo del Ayuntamiento para la cesión de los terrenos a la empresa Agroquímicos Borrego, responsable de la plantación y gestión del bosque, y a Mélis Producciones, que será la encargada de mantener una agenda de eventos y actividades culturales, turísticas y medioambientales que mantengan viva la iniciativa.
Manu Fernández, creador del concepto, ha afirmado que "nada en El Bosque del Amor se ha diseñado por casualidad". "Este es el motivo por el que se ha querido dar la oportunidad a jóvenes talentos, para que nuestra Juventud tenga una importante representación y protagonismo en el desarrollo de este modelo de espacio".
En este sentido, la dirección técnica será coordinada por el estudiante de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la Universidad de Sevilla Antonio Borrego, en colaboración con la ambientóloga Elena Pozo. Ambos jóvenes de tan solo 22 años, abanderan y lideran esta oportunidad de contribuir a la mejora de la sociedad, así como dejar un legado ecológico y de respeto al medioambiente para las próximas generaciones.
PRIMERA FASE
El bosque, en una primera fase, contará con la plantación de 366 árboles del amor que serán distribuidos en doce áreas que se corresponderán con los doce meses del año. El propósito es poner en marcha un programa de apadrinamiento de árboles para que tanto las personas, instituciones, colectivos o empresas, puedan tener representación en este lugar, eligiendo el árbol vinculado a las efemérides que se quieran rememorar.
El primer árbol apadrinado será plantado en honor a Félix Rodríguez de la Fuente, naturalista y divulgador ambientalista español nacido hace ahora 93 años. El entorno se complementa con una zona dedicada a plantas aromáticas con un centro de interpretación, un parque de juegos infantiles, un parque para mascotas, zona de calistenia y ejercicios de musculación para mayores, pistas de petanca con un refugio, un oasis de palmeras para actividades culturales y un lago, que convierten el área en un importante referente biosaludable y un lugar de obligada visita.
ESPACIO CON MÚLTIPLES FINES
La iniciativa plantea también utilizar este espacio saludable para fines educativos, culturales, turísticos y deportivos, es decir, dotar de beneficios colaterales al bosque a través de distintas actividades orientadas a su promoción. Uno de los atractivos turísticos del lugar será su exposición de esculturas de piedra al aire libre.
Las obras de arte, finalistas de los Simposios de Escultura al Aire Libre en Piedra Caliza Artifex, que se celebran en Gilena cada dos años, estarán "escondidas" en el interior del bosque, invitando a los visitantes a recorrer todos los rincones para encontrarse con estas
espectaculares creaciones.
La zona antes referida como oasis, que se sitúa justo en el corazón de la superficie y cercana al lago, se utilizará como un espacio complementario para las recreaciones históricas que se realizan en la Colección Museográfica de Gilena, a escasos metros del lugar.