El ecónomo diocesano señala que la bajada es "prácticamente inapreciable" y señala la "generosidad" de los contribuyentes
SEVILLA, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Iglesia recaudó 249,1 millones en la declaración de la renta de 2016, correspondiente al IRPF de 2015, un millón menos que en la campaña anterior, aunque ha aumentado en 55.841 el número de declaraciones a favor, pasando de 7,29 a 7,34 millones, así como el porcentaje, que se eleva del 34,7 por ciento al 34,9%. En ese contexto, en la provincia de Sevilla, el número de declaraciones de la renta a favor de la Iglesia Católica ha pasado de 325.215 en 2014 a 321.816 en el IRPF del ejercicio 2015. Porcentualmente, el número de contribuyentes sevillanos que han marcado la casilla de la Iglesia ha caído casi un 0,17 por ciento, constituyendo el 44,43 por ciento del total de la provincia.
Este dato confirma una tendencia que el ecónomo diocesano, Alberto Benito, califica como "muy positiva", ya que se enmarca "en plena crisis, y a pesar de lo profunda que ha sido, y de la cantidad de personas que se quedaron sin trabajo, que no pudieron hacer la declaración de la renta o sus ingresos bajaron mucho, prácticamente mantenemos las mismas cifras de años anteriores".
Con un montante total de 9.125.658 euros, Sevilla se mantiene entre las diócesis españolas donde los contribuyentes colaboran más con la Iglesia a través de su declaración del IRPF. Alberto Benito añade que respecto al ejercicio anterior, en la Diócesis sevillana "hay una bajada prácticamente inapreciable -cifrada en el 0,17%-, y sobre todo se sigue viendo que Sevilla continúa siendo muy generosa en la asignación tributaria para la Iglesia Católica".
El ecónomo precisa que no toda esta cantidad revierte luego en la Archidiócesis hispalense, en base a un criterio de solidaridad con otras diócesis más necesitadas: "llega a la diócesis de Sevilla prácticamente la mitad, porque esa otra mitad va a un fondo de compensación y solidaridad interdiocesana donde se apoya a las diócesis que tienen muchas iglesias en ámbitos rurales y desfavorecidos, iglesias que si no fuera de esta manera estarían prácticamente destruidas o habrían desaparecido, y que no tienen recursos para el sostenimiento de su propio clero".