SEVILLA 18 Jun. (EUROPA PRESS) - El Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla ha contribuido el pasado viernes en la intervención de María, niña de Uganda de once años que sufría una grave malformación congénita en su pie que le impedía tener una vida normal en su país de origen, cediendo de forma altruista a los especialistas de Podología sin fronteras --responsables de la intervención de la niña-- sus instalaciones y equipos sanitarios.
En una nota de prensa, el hospital ha explicado que María padecía lo que se denomina pie equinovaro. Es una malformación que consiste en una deformación tridimensional del pie en la que las estructuras óseas se encuentran alteradas en su forma y en la orientación de sus carillas articulares.
El tratamiento puede ser ortopédico o quirúrgico, dependiendo del tipo de deformidad y es recomendable iniciarlo desde el nacimiento. En el caso de María el tratamiento tenía que ser quirúrgico para restablecer la función plantígrada del pie que le permitiera realizar una vida normal, correr y jugar como el resto de los niños. La intervención ha sido un "éxito" y tras un periodo de rehabilitación María podrá disfrutar de una vida más o menos normalizada.
María llegó a Sevilla gracias a Concepción Illanes, una cooperante sevillana de la ONG Acción Voluntariado. Cuando Conchi se hallaba hace uno pocos meses construyendo una nueva escuela en un poblado de Uganda, el destino quiso que visitara un orfanato cercano al lugar donde estaba realizando dicha acción. Allí se encontraba María, quien rápidamente llamó la atención de todos los visitantes.
"Su abuelo me contó que María era huérfana. Me explicó que él había cuidado de ella desde que sus padres la abandonaron, pero que ya estaba muy mayor y enfermo para poder hacerse cargo de ella" esclarece Conchi. "Me dijo que, con ese problema, sin padres ni nadie que la cuidara, María moriría en el orfanato", ha argumentado la cooperante.
La operación, que tuvo lugar en las instalaciones del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, fue llevada a cabo por los doctores Frances Soriano y Javier Pascual, con la ayuda de otros profesionales sanitarios de la ONG Podólogos sin Fronteras que llegaron el jueves a Sevilla desde distintos puntos del país.