VALENCINA DE LA CONCEPCIÓN (SEVILLA), 4 (EUROPA PRESS)
El informe inicial elaborado por la Policía Local de Valencina de la Concepción (Sevilla) sobre la fiesta celebrada el 29 de junio en el club social El Algarrobillo, donde el propio alcalde, Antonio Manuel Suárez (PSOE), disfrutaba de la celebración, expone que después de que los agentes se personasen en el club a cuenta de las quejas vecinales y el primer edil manifestase que él se hacía "responsable" de solucionar el "asunto", fueron recibidas hasta cuatro llamadas más con quejas por las molestias de la fiesta.
El informe en cuestión, recogido por Europa Press, refleja que sobre las 01,30 horas de la madrugada, un vecino de la urbanización El Algarrobillo avisó a las autoridades de las "molestias" derivadas del "elevado volumen de la música" de una fiesta que se celebraba en el club social de la urbanización. Mientras los agentes se dirigían hacia el club para comprobar la situación, según el informe, una segunda llamada alertaba también de molestias por el "volumen de la música", que en este caso afectaba a una persona "enferma" que reside en el domicilio desde el que llamaba este segundo vecino.
Una vez en el club, el alcalde habría llegado hasta los agentes cuando éstos buscaban al responsable de la celebración. Tras exponerle los agentes las dos quejas vecinales recibidas por el elevado volumen de la música, el primer edil habría respondido que él se encargaría "del asunto", si bien los policías locales le recordaron que "la ordenanza municipal de ruido no permite ese volumen a partir de las 23,00 horas y que, en todo caso, sería necesaria la preceptiva licencia municipal".
El alcalde, siempre según el informe, insistió en que él sería "quien se encargue de solucionar (el conflicto)" y que se hacía "responsable" del asunto, tras lo cual los agentes abandonaron la escena. No obstante, y como refleja el informe, tras la marcha de los agentes fueron contabilizadas hasta cuatro llamadas más con quejas por el elevado volumen de la música, en concreto a las 01,48 horas, a las 2,30 horas, a las 3,23 horas y a las 3,24 horas, todas ellas desde diferentes números de teléfono. Los agentes, finalmente, se personaron de nuevo en el club a las 3,35 horas, pero las puertas del club estaban entonces "cerradas" y nadie contestó a sus "llamadas", siendo contabilizada una última llamada en la que una vecina manifestaría que un "señor con un pantalón rojo" le habría espetado que la fiesta continuaría "hasta las cinco de la mañana".